El regalo es un agasajo que desde la prehistoria del hombre está presente en su vida cotidiana y relacionado con la propiciación de buenos presagios como son los ritos orientados como dádiva a los dioses o los propios ajuares funerarios que son ofrecimientos para la vida del más allá.
También el hecho de regalar suponía y ha supuesto en la Historia del hombre una manera de generar relaciones sociales e incluso de cortejar al sexo opuesto (o al mismo). Los regalos son pues parte de nuestra idiosincrasia como hombres, forma parte de nuestra naturaleza, está en nuestra propia Historia desde la noche (y el día) de los tiempos.
Es importante también destacar el componente de sorpresa que envuelve cualquier regalo. Los regalos son algo que tiene que sorprender al que lo recibe pues para que esa relación de agasajo se produzca tiene que darse una sensación de algo inesperado.
El regalo y su forma de entregar (rito, forma, presentación o envoltorio) ha de producir una reacción incluso plástica en el propio ser humano (aspavientos, grito, lloro, risa, etc.) todo aquello que esperamos cuando regalamos algo, que en la otra persona produzca un sentimiento instantáneo y repentino de felicidad lo que a su vez a nosotros nos proporciona su propia reacción de sorpresa y crea en nosotros una empatizante sensación de felicidad y bienestar por el objetivo cumplido.
No debemos olvidar y conviene señalar y resaltar que el regalo tiene siempre una connotación positiva, se trata de agradar, de hacer feliz a alguien; nunca un regalo tiene una connotación negativa.
Regalar nos hace mucho más humanos, regalar nos hace mejores personas porque se trata de hacer feliz a alguien, a que alguien o algunos/as se sorprendan gratamente. En todos los momentos y más en momentos de crisis personal y/o social, regalar se hace necesario para contribuir a una sociedad mejor con pequeños grandes detalles.
Regala y siéntete y haz sentir bien.