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Historias de alcance

Publicado el 05 julio 2015 por Licomanuel

HISTORIAS DE ALCANCE


Historias de alcance


     Hace poco en un foro que suelo frecuentar para colocar mis escritos, uno de mis lectores, no sé si muy asiduo, publicó una respuesta acerca de la intención "evangelizadora" de uno mis textos. Al parecer, lo que traslucía del post en cuestión era mi propósito de adoctrinar a todo el que lo leyera acerca de lo que está bien y lo que no y de cómo deberíamos vivir nuestra vida. No puedo evitar decir que, mal que me pese, algo de razón tiene, no porque yo pretenda convencer sino, al contrario, porque mi tono es parecido al de guiar a las ovejas descarriadas. Sin embargo, ya hay un estrato de esta sociedad, el cual siempre me ha parecido indiferente, que plantea y lleva a cabo esa labor.
     En cualquier caso, a la vista de la repercusión (ínfima, no tengo tantos fans ni mi ego es tan grande) de aquella entrada y sobre todo, debido a un hecho familiar bastante deprimente, las ideas enlazantes del egoísmo y la estrechez de miras se han plantado en mi cabeza (como canción de Luz Casal) para darme qué pensar del género humano y de cómo maneja estas cualidades. Si además, a todo esto le añadimos la visión de una pelicula como "Interestelar", en la cual queda sobradamente demostrado que aunque te vayas a Saturno y atravieses un agujero de gusano para ir a parar a una galaxia sin cartografía disponible, tu estupidez te sigue acompañando, lo más normal es que acabes reflexionando acerca de las motivaciones más internas del ser humano. Esa y otras razones como la de que soy terrible y constantemente pedante conforman todo el tapiz para entender este intento de ensayo.
     Volviendo al tema del egoísmo, es una palabra con muy mala prensa. En realidad, algo de egoísmo y de ambición son beneficiosos, de otra forma, siendo tan volubles como somos, perderíamos, en mi opinión, una de las guías de nuestro propio ser. En ese caso, algo de inquietud y de querencia por mejorar o desarrollarse dentro del ámbito propio, sea cual sea la aspiración (no siendo matar a alguien) definitivamente no nos haría mal. El problema viene cuando confundimos egoísmo con resentimiento o cualquier tipo de sentimiento desproporcionado. Normalmente, esto nos lleva a cometer los pequeños crímenes cotidianos que por ser de corto alcance, o bien, despertar escaso interés (excepto en quien los pertrecha) pasan desapercibidos y los actores que forman parte de la trama se quedan encasillados en su papel por arte de la ira o la rabia acumulada. No deberíamos caer en este tipo de situaciones. Nuestra parte animal nos empuja a ellas pero nuestra parte consciente (que no inteligente) debería prevalecer y alejarnos de la tensión indeseable.
     Esta información (presente en este post y en mil artículos o libros de autoayuda) hay gente que la lee y la entiende, incluso puede llegar a compartirla. Otras personas no la leen. Ellos tienen diversas razones: no tienen tiempo, no tienen dinero para comprar el libro, no tienen inquietudes pero no por ello son malos ni buenos. Ni siquiera el que lo lee y no cree en estas palabras es malo, simplemente tiene una sensibilidad distinta a la mía, lo que no quita para que después de leerlas y no coincidir con ellas, las deje pasar y ni las robe ni las vacíe de contenido (las difame). Simplemente, las deje fluir como cualquier otra imagen que nuestra retina pueda absorver. Si nos esforzamos en demonizar y separar la diferencia, sólo hallaremos silencio al final. En la medida en que la situación lo permite, me gusta integrar todo lo posible porque completa y me hace sentir más completo. Sirva como ejemplo, el caso de un amigo que a lo largo de los años, como también me ocurrió a mí, cambió su forma de pensar y evolucionó de tal forma que hoy en día nuestros intereses y formas de ver la vida son contrapuestos. A ese amigo, al cual ahora le va bien (y yo me alegro muchísimo de ello) le dije en su momento que no me gustaba nada su forma de ser y por eso no quería verle más. Era una época difícil de mi vida y como cualquier otra persona yo también cometo errores. Habría cambiado las formas (y la mención a su carácter) pero creo que tomé una buena decisión al dejar correr nuestras historias en distintas direcciones.
     Por lo dicho en los párrafos anteriores, cuando veo casos como los de padres que no visitan a sus hijos en un mes y medio y luego hacen coincidir su llegada con el santo de la madre (teniendo otras múltiples fechas disponibles en su mano) con el propósito de impedir a ésta pasar el día con él (su hijo), simple y llanamente pienso que esto no encaja con ninguna de las descripciones anteriores (las discriminaciones positivas) y me parece que nueva y desgraciadamente el odio ha ganado.
     

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