Revista Literatura
Ay amor eras ese refugio, esa gruta por descubrir, eras ese secreto tan mío y tan de nadie.A veces me desvestí entre sábanas sin estar presente, eras ese prohibido y me acostumbré a quererte desde dentro, sin argumentos, sin saber porqué y sí para qué.Me salté las normas, me salté todo lo que está bien e incluso me olvidé de mi moral y de lo permitido.Me equivoqué desde el principio o solo al final, me desperté y hubo una invitada en tu vida.Al llegar a casa mis maletas estaban en el contenedor de objetos perdidos sin dirección.Dolor envuelto en papel de regalo para un cumpleaños de febrero, lágrimas dulces con sabor de tarta de chocolate y calabaza.Me beberé una copa de vino del olvido y me empezaré a tomar infusiones de paciencia para relajar esta garganta que duele.Sudor rodando por la espalda ,las piernas, nostalgia de un capricho de invierno, de noches eternas en Madrid.Llegan las tardes largas, las noches cortas al menos dormiré sin verte dentro de otra piel, te dejé una carta en tu buzón, como las antiguas amantes, todo esto antes que llegué abril.