- Cambiar de canal.
- Irte a otra televisión.
La conclusión: los programas del corazón unen familias.
- Unirte al critiqueo.
La conclusión: Estos programas nublan la mente.
- Desenchufar tu mente por culpa del horario 24 horas de estos programas.
Sin embargo, aunque se quiera escapar de esta terrible situación resulta imposible. ¿Cuántas horas quedan libres en la televisión sin el cotilleo y el lenguaje vulgar? La verdad es que se reduce todo esa franja horaria al canal 24 horas de noticias, los documentales repetidos de la 2 o el nuevo canal de cine de 24 horas; y para eso, si eres menor, se podría reducir a determinadas horas o al canal 24 horas solamente.Entonces, mi pregunta clave es, ¿la gente está tan cansada de la vida que tiene que saber todo de la vida de los demás? ¿no nos llegaba con el programa de televisión Gran Hermano que queremos saberlo todo de todos las 24 horas? Pero, ¿qué pasaría si fuese tu vida la que todos observarían y criticarían, al estilo el Show de Truman? La verdad es que si analizasen mi vida acabarían aburriéndose o sería tan criticable que acabaría en algún programa de televisión de supervivencia, con todas esas relaciones frustradas contándole al presentador cómo pasé de ellos de 48 maneras distintas.
La conclusión: Hoy todo vale con tal de conseguir dinero.
- Resignarse porque los programas del corazón cambian el carácter y el comportamiento de las personas.
Es curioso como situaciones que en la vida real o cotidiana resultarían fuera de lo común o sacado de quicio; resultan simpáticas en los medios de comunicación. ¿Hasta qué punto hemos llegado? Mi madre, por ejemplo, ha sufrido un cambio drástico desde que es seguidora fiel de los programas del corazón,En primer lugar, tiene el mando, no es que nunca lo dejase de tener, si no que ahora, incluso, tiene el mando de la televisión. Lo más sorprendente de todo es, no sólo que dé estado más de 3 horas escuchando y observando el cotilleo y no cansarse; y estar pegada al televisor como un dulce personaje de la Warner Bros.; tiene la cara de preguntarte diariamente qué hay en la televisión ese día porque, según ella, "tú eres la que está metida y encerrada 24 horas en las nuevas tecnologías".
En segundo lugar, es el uso de nuevo vocabulario clave para la sociedad y que, anteriormente, estaba en desuso, la palabra "joder". Esta palabra que siempre se consideró mal sonante, tras los programas del cotilleo, está formando parte del lenguaje familiar. Ya sea para señalar mal estar y acentuar el enfado o, sea tras una tos o estornudo constante, entre otros aspectos.
Otro tercer aspecto y quizás, último, clave de todos. Son quizás las discusiones por cualquier chorrada.He comprobado como un simple "hago luego esto" puede desencadenar en un auténtico desastre nuclear o un amago de infarto (cosa que antes no sucedería). ¿Qué ha sucedido? ¿Cómo es posible? ¿Antes la elevación de voz no le llegaba a la garganta? ¿ Algún trauma infantil sin resolver que es transmitido a sus dulces retoños? Para nada, consecuencias del cotilleo y de observar esos programas de televisión en los que los propios trabajadores dedican su tiempo en antena a insultarse, comer o hablar por teléfono; para luego, comer juntos en amor y compañía.
La conclusión: La manipulación de los medios de comunicación.La verdad es que visto lo visto, echo de menos "Verano Azul" en verano; programas de culto como "Menudas estrellas" o "Cartelera"; que te hacían llorar con la muerte de Chanquete, reír con la melenita de Bertín Osborne o entusiasmarse con el cine y la vida en Hollywood.Pero como pasó con la generación de músicos del 27: "Lo bueno se acaba muchas veces demasiado pronto, y lo malo deja de ser malo cuando aparece algo peor".