Revista Diario

Historietas de las mías.

Publicado el 04 febrero 2014 por Yonolotiraria
Llevo una semana de esas que no sabes si cortarte las venas o dejártelas largas.No tengo tiempo para hacer tuneos, o mejor dicho terminarlos, aunque tengo 3 o 4 empezados. He recibido algún mail preguntándome si pasa algo (sois más majos que las pesetas), pero no, estoy vivo, de momento.Este será un post diferente, ya que me apetece contaros una historieta de esas muchas que tengo relacionadas con todo esto de YONOLOTIRARIA.
Todo empezó un día que me dirigía a ver a Josep a la tienda. Llovía.Estaba casi llegando, pero algo me hizo detener! Un contenedor con muebles!!! (que original, no?)Casi me da un patatús. No me canso de decir que tengo una teoría: la ley de atracción universal entre tuneador y mueble deseado.Una vez más el dios de los tuneos había escuchado mis plegarias y plantó ante mi una preciosa alacena de los años 50. Las había visto en series de TV como Aída (cómo me gustan los escenarios de esa serie!), en otros blogs e incluso en alguna revista de decoración. Soñaba con tener una verde manzana. No me lo podía creer!Paré el coche y me planté ante ella. Ni me importó que estuviera lloviendo, estaba en éxtasis y petrificado. Por suerte llevaría poco tiempo ahí y la lluvia no había hecho más que darle un bañito.
No me quería separar de ella, ya que de hecho mientras abría cajones y le daba vueltas a como llevármela paró una familia de chatarreros queriendo arrebatarme mi tesoro.-La he visto yo primero- Le dije a un niño gitanico que bajó de la furgo. Y él medio enfadado medio sorprendido montó a la furgo, dijo algo a su clan y se fueron. Y yo sorprendido con mi reacción.
Llamé por teléfono a Josep que estaba trabajando.-Has de venir YA al contendor que hay a 100 metros de la tienda, tengo un tesoro y no me puedo mover de aquí.
Él que es mi ayudante 10 no tardó ni 2 minutos y en un plis estábamos cargando con la alacena hasta la tienda, mojándonos pero con sonrisa triunfal saludando a los vecinos.
Una vez en su tienda la dejamos en la calle, pero resguardada de la lluvia. Junto en la puerta, así mientras él trabajaba yo la podía ir limpiando y llevarla lista para tunearla en casa. 
Su estado era buenísimo, solo tenía roña, mucha roña. Así que me pegué 2 horas limpiando con desengrasante, detergente y finalmente amoniaco. Quedó reluciente y perfecta, tanto que me sorprendí que no hacía falta ni tunearla: tenía el color que yo quería! Quizás solo faltaba poner un papel chulo en los cajones y cambiar algún tirador.
Aquí viene lo divertido de la historia.
Casualmente justo en el momento que dejamos la alacena ahí, pasó el coche de Google Maps, si ese que parece una mezcla de coche espacial y radar de tráfico, e inmortalizó el momento.
Historietas de las mías.
 Si os fijáis en la foto (sacada de Google Street View) veréis:-La tienda de Josep.-Al menda lerenda admirando su alacena recién adquirida de un contenedor.-Una niña montada en el "perronejo" (mezcla de perro y conejo, nunca hemos comprendido por que hacen esos engendros para los niños). No tiene nada que ver con la historia, pero me parece divertido que también saliera ella ahí...-Mi coche (el del logo).-El coche de Josep (DEP).
Vamos, que cuando descubrí que Google había colgado esta foto me reí un rato, pero la historia no acaba aquí...
Al llegar el mediodía entré a la tienda y nos hicimos unos bocatas antes de cargar el mueble en la furgo y llevarlo para mi taller. Fijaros que el mueble no estaba exactamente delante del ventanal, si no justo al lado.
Tardamos menos de 15 minutos, y al salir... Ost** Pu**ª!!!!!!!!!
El mueble seguí ahí, pero se habían llevado los cajones!!!!Quién c*** querrá unos cajones de una alacena! y encima limpios!
Estaba hecho una furia, y pregunté al señor que siempre está en el parque. Él tampoco había visto nada.Cogimos el coche y empezamos a dar vueltas por todo el barrio para ver si encontrábamos alguien caminando con 2 cajones bajo el brazo pero no hubo suerte. Tampoco vimos las furgonetas de los chatarreros que tanto pasan.
No pude con la rabia, y además le cogí tirria a la alacena, así que la llevamos al vertedero y la dejamos en el contenedor de los muebles, eso sí, limpia como una patena y sin cajones.
Total, que ya no siento atracción por ese tipo de muebles, por lo menos de momento, así que solo me queda desear una mesa de centro para mi comedor, y cuando aparezca... vigilarla!!!

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