Hogar Santa Teresa de Jesús, Marchena.

Publicado el 03 agosto 2010 por Davidominguez

Corrian los años 60 y por aquellos años, por la situación familiar y el contexto de Andalucía, mi madre entraba en el Hogar de Santa Teresa de Jesús de la localidad sevillana, Marchena.
Un hogar para niñas cuyas familias tenían una situación económica difícil, aunque claro, así eran casi todas las familias en España por aquel entonces.
Fue la quinta de lo que llegaría a ser 14 hermanos en 1975. La última nacía justo cuando la palmaba el dictador Francisco Franco.
En el Hogar mi madre estuvo 4 años, de 1965 a 1969, y aunque tiene buenos recuerdos de su estancia, acabó muy cansada de las monjas que la cuidaban. Estas obligaban a mi madre y a sus compañeras rezar 2 veces durante el día. Estaban obliagadas a comerse toda la comida aunque no gustase y sí lo vomitabas, te lo comias igualmente. También era curioso el tema del agua, sólo podías berber un vaso al día.
Recuerda mi madre, un día concreto, en el que una niña fue expuesta en el patio con un colchón sobre la espalda, el motivo, se había meado en él. En fin, era la educación por aquellos años, qué se podía hacer.
Sus padres, o sea, mis abuelos visitaban a mi madre una vez al mes, pues ese era el régimen de visita establecido. Las niñas era vestidas muy monas, vamos con el vestido de los domingos, y era llevadas a un parque cercano de esa misma localidad. Allí, las familias se contemplaban durante unas cuantas horas, hablan de lo que habían hecho y paseaban. Mis abuelos llevaban, además, caramelos y algunos regalitos.
¡Qué ilusión tendría mi madre de ver a sus padres tras haber pasado un mes! Preguntar por sus hermanos y lo que hacían.
Pero, mi madre, también, tenía un hermano internado en Sevilla capital. Y, éste, se fugaba constantemente. No soportaba a los monjes del internado. De hecho, un día se escapó y haciendo autostop se plantó en la casa de sus padres, que estaba a unos 20 km. aproximadamente.
En 1969, mi madre, al cumplir los 12 años fue trasladada a un colegio de Sevilla capital, en la zona de Nervión. Allí aprendería algo sobre lengua, matemáticas, geografía e historia, entre otras asignaturas. Sin embargo, y lamentablemente, nunca llegó a ser una gran estudiante, de todas formas, eso no podía ser posible cuando había tanto hermanos por alimentar.
A continuación, transcribo una de las canciones que cantaba mi madre en ese colegio de internas. Una canción que viene a ser una versión de "La asturianita".
La asturianita
El narrador
El caballero
La asturianita

En los jardines de Asturias
a una niña vi,
de catorce a quince años
regando su jardín.
Pasó un caballero
le pidió una dama,
la niña le contesta
que no se la daba.

Niña que haces tan guapa,
sentadita en tu jardín.
No tengo padre ni madre
y abusas de mí.

¿Quién ha dicho eso,
qué abuso de ti?
Tan sólo te he pedido
la flor de tu jardín.

Las flores de mi jardín
no son para caballeros,
que son para mi presencia
y para mi pelo.

Quédatela asturianas,
te la tengo que pagar.

Al otro día siguiente
la niña se levantó,
cogió una flor del jardín
y se la llevó.

Toma caballero
la flor de mis manos,
y déjame vivir
con mis dos hermanos.

Yo no quiero flor de tus manos
ni tampoco a ti,
te dije que tú en mi presencia
tenías que morir.
La encerró en un cuarto
le enseñó el puñal,
y medio del corazón
tres “puñalá” le dio.
La llevaron al campo santo,
todo el mundo la lloraba,
que mala suerte ha tenido
la pobre asturiana.
En una mano lleva
rosas y jazmines,
y un letrero que dice:
CUIDAR DE MI JARDÍN.
Y en la otra llevaba
ramos de azahar,
con un letrero que dice:
MATARON AL CRIMINAL.


por David Domínguez.