Hola cariño, soy tu abuela Dolega

Publicado el 17 junio 2013 por Dolega @blogdedolega

La madre de tu papá.

A tu abuela materna todavía no la conozco, pero me imagino que tendrá que ser la maravillosa persona que haya criado a una chica dulce y con la suficiente paciencia para aguantar a tu padre. Porque para aguantar a tu padre, hay que tener mucha paciencia.

Hay muchas probabilidades de que te conozca y disfrute de ti durante mucho tiempo, pero como eso no lo puedo controlar, quiero estar segura de que tú sí me conocerás a mí, así que me propongo dejarte unos cuantos testimonios para que puedas acceder a ellos cada vez que quieras.

Yo no conocí a ninguno de mis abuelos ¿sabes? Y no quiero que a ti te pase lo mismo.

Esto no pretende ser “el diario ñoño de la abuela”, no podría serlo porque siempre he sido cualquier cosa menos ñoña, más bien quiere ser una serie de útiles consejos que te servirán de mucho, cuando hayas pasado la edad de ponerlos en práctica y para decir “Qué razón tenía la abuela” cuando esa reflexión ya no sirva para nada. Es lo que tienen los consejos, que su utilidad es reconocida, cuando ya no se pueden aplicar.

Quiero que lo veas como un manual de supervivencia familiar al que al principio le sacarás poco provecho, pero que, a medida que vayan pasando los años, le encontrarás el puntito y le sacarás algún jugo que otro.

Será a menudo en clave de humor, porque no me imagino mi vida sin él. Ha sido mi muleta demasiadas veces y con los años aprenderás, igual que yo, que reírte de ti mismo es la mejor catarsis para el alma.

No esperes grandes organizaciones porque tu abuela Dolega es caótica, así que a lo mejor tienes que meter todos los temas en una batidora y darle la forma que tú quieras, pero deseo que al final de esta aventura sepas a ciencia cierta la inmensa riqueza humana, cultural y espiritual que llevas en tus genes. Que perteneces a un grupo de personas muy especiales y que tienes la obligación de no dejar que el olvido entierre las andanzas, hazañas, usos y costumbres de los tuyos; que eres el depositario de este humilde documento para su transmisión a las siguientes generaciones.

Me gustaría poderte decir, que también te acompaña una inmensa riqueza monetaria, pero hasta el momento no tengo noticias de ello, así que mejor nos conformamos con cosas inmateriales, pero no dudes que si tengo conocimiento de mejoras pecuniarias, te lo haré saber.

Hasta aquí mi presentación y mi primer consejo para ti, es:

¡Relájate y disfruta!