¡Hola, hijo!,Retornas pronto al sitioDonde estás cumpliendoUna misión encomendadaPor la patria.Desde luego,Bien sabemosQue allá el peligro abunda;Pero, nada de nervios,Ni hoy ni nunca.Ten en cuentaQue el peligroSiempre se encuentraEn todos los caminos,Pues el diabloSe la pasa rondandoPor doquier,En procura del mal hacer.Él tiene un poder grande,Nadie lo niega;No obstante,Nunca superará la fuerzaQue tiene nuestro Divino,Que siempre llegaA neutralizar los peligrosQue un día tenganSus buenos hijos,Como lo eres tú.Por eso su luzSiempre la tendrás,Entonces;Jamás te faltaránSus bendiciones.Eso sí, hijo,En todo instanteDeberás ser precavido.Que la sensatez no te falte.No des papaya,No te excedas en confianza;A Dios rogando,Y con el mazo dando.Y sigue por el senderoDe cristalizarTodos tus sueños.¡Buen vientoY buena mar,Marinero,Caminante!Siempre será incontrastableQue quien con Dios está,De angustias no ha de saber,En tormentos no vivirá.¡Amén!