holograma

Publicado el 09 mayo 2012 por Frankh @frankh_art

Miyú, la mujer pixelada, se eleva - vestido de verano y sombrilla - desde los pies de su propia sombra. Base de su estructura corpórea, mancha antifotónica que discute su existencia onírica.
La respiro desde una hamaca construída de soles y sandías, sujeta de milagro, de dos Hockneys y un armario con libros de Chabon y discos de memoria.
Bombus, montado en una nube de sílice, zumba de contento. Ortetrum observa la escena desde un cactus. A todos nos gusta cuando la brisa le mueve el vestido.
O cuando se saca los guantes.
O cuando mete los pies en el agua.
La mujer pixelada me pregunta si podríamos ir a la ciudad. Quiere gastar dinero, ir a ver Lakmé. Quizás en la ciudad llueva, dice. Y dice que añora un café con medialunas.
A mi me bastaría su nieve y sus manos de aire a la luz de la luna.