Declaro mi amor puro e incondicional por la historia de Peter Pan. James Matthew Barrie creó un personaje inmortal que ha aparecido en muchísimas novelas y películas durante este último siglo. Lo genial de estas apariciones es que no se limitan al personaje creado por Barrie, sino que algunos autores se han atrevido incluso a crear nuevas historias sobre Peter Pan. Es el caso de Hook, la película de Steven Spielberg.
El niño que no crecía ya ha crecido. Y lo peor: no recuerda quién era. Se ha convertido en Peter Bannings, un abogado obsesionado por su trabajo que no hace todo el caso que debería a sus hijos. Sin embargo, cuando durante un viaje a Londres el Capitán Garfio secuestra a los niños, Peter se ve obligado a regresar a Nunca Jamás y a recordar el niño que una vez fue.
Esta película se estrenó el mismo año de mi nacimiento, en 1991, y creo que ha estado en mi vida prácticamente desde entonces. La verdad es que no recuerdo cuándo la vi por primera vez, sólo que no me cansaba de verla. Es una de esas películas que consiguen transportarte a una época lejana y hacerte soñar con cada fotograma.
Soy pequeña, pero si menos es más, soy infinita, Peter Pan.
Otra de las cosas que adoro de Hook es la estética: Nunca Jamás no es para nada como lo pintaba Barrie o Disney en su adaptación de 1953. En Hook, es un lugar indefinible. La bahía pirata es un pueblo costero al más puro estilo pirata (lógicamente), mientras que la guarida de los niños perdidos es... Curiosa, tan curiosa como los niños en sí. Tienen una estética bastante extraña (crestas de colores incluidos). Y aun así, o precisamente por eso... son geniales. Pasé muchos años sin verla, y cuando la recuperé el curso pasado, me di cuenta que lo que más recordaba eran los Niños Perdidos y su guarida. Y la guerra de comida, por supuesto.
Hook estuvo nominada a cinco Oscars (dirección artística, diseño de vestuario, canción, vestuario, maquillaje y efectos visuales), pero se fue con las manos vacías. Aun así, me siento obligada a hablar de la canción por la que estuvo nominada: When you're alone, compuesta por John Williams (compositor de toda la banda sonora). En 1991 se estrenó también La Bella y la Bestia y ya se sabe... Contaba con tres nominaciones a Mejor Canción, todas de Alan Menken, y ganó la conocidísima Beauty and the beast. Merecidamente, todo sea dicho, aunque When you're alone es también preciosa.
Es una definitivamente una película para soñar y, sobre todo, para los amantes de Peter Pan. Está llena de guiños a la historia original que escribió J.M. Barrie: Wendy tiene la primera edición del libro Peter Pan y Wendy, publicado en 1911; aparece Tootles, uno de los Niños Perdidos... Incluso los más observadores pueden darse cuenta de detalles como que se vean el sombrero de John y el osito de peluche de Michael.
Michael Jackson rechazó interpretar a Peter Bannings cuando vio en el guión que Peter Pan había crecido. Le debió de resultar feo que el niño que nunca crece lo hubiese hecho. A mí me parece fantástico. Todos, aunque no queramos, nos hacemos mayores. Como Bannings, algunos arrinconan al niño que un día fueron, y sólo depende de cada uno permitir que muera en el olvido o, por el contrario, decidir rescatarlo de esas penumbras. Con Hook, Spielberg hace una llamada a los adultos demasiado adultos. Como si gritara: ¡Tú también puedes volar!
You know thath place between sleep and awake, the place where you can still remember dreaming? That's where I'll allways love you, Peter Pan. That's where I'll be waiting.