Volvemos de vacaciones y nos encontramos:
A los “ilegales”, sin cartilla sanitaria; y a los españoles, habiendo perdido el derecho universal a la salud.
El IVA, por los aires, incluso en productos básicos.
Más jóvenes en el paro y familias enteras sin percibir ningún subsidio; pero, eso sí, el gobierno poniendo más trabas para cobrar el plan Prepara (400 € durante 6 meses) por aquello de que el parado no se apoltrone en la butaca de su casa sin buscar el trabajo que no hay, entre otras cosas, porque las pequeñas y medianas empresas están cerrando debido a que los bancos no sueltan ni un euro para ayudarlas a financiarse.
Esos mismos bancos que se están levantando gracias a los dineros de los contribuyentes.
Esos mismos contribuyentes que están expuestos a quedarse sin trabajo, porque aquellos otros que no se alimentan del trabajo sino de la especulación y de los grandes ahorros (los españolitos de pro), ya hace tiempo que están sacando sus dineros de su “queridísimo” país.
Esos mismos bancos que se quedaron con las casas de muchos y que ahora no saben qué hacer con ellas porque no son rentables y se inventan el “banco malo” para que las sigamos pagando los demás, aunque sus legítimos dueños no las tengan y algunos de ellos ya estén en la calle vagabundeando por esos mundos de Dios…
Y en esto que me llega un correo de mi buen amigo Horacio desde Proyecto7, Buenos Aires, con un reportaje de su propia experiencia de cuándo él se quedó en la calle.
Me ha parecido un testimonio tan sencillo y tan tremendo, que he querido compartirlo en el blog. Los motivos que le llevaron a Horacio a las calles de Buenos Aires, son los mismos que se están dando en la actualidad en algunas de las personas que ya estamos encontrando en nuestras calles de Barcelona.
Al final del vídeo se declama el Artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que dice así:
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Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
El reportaje es de Telefe Noticias de Buenos Aires:
La emocionante historia de Horacio Ávila. Sufrió la crisis de 2001. Se quedó sin nada, pero no se entregó. Hoy su vida es muy diferente, ayuda a gente que pasa por el drama que él superó y hasta fue nominado para el premio Nobel de la Paz.