Revista Talentos
Horizonte
Publicado el 30 noviembre 2015 por RamongilVengo desde mi luto
y más allá de mi luto vengo puntualmente,
completamente, tercamente vengo
y abrazo el ser común, el individualizado,
y abrazo las mínimas clavijas,
las cavidades adjetivas
nunca las sustantivas.
Entro aquí, aquí mismísimo
y doy pero me quedo
la parte entera de mi lengua,
mi lengüeta, mi lengüita.
No importa mi remedio,
mi segundo centro (no hay primero)
mi lágrima encarnada, mi oruga urgente
(está mi cascabel en silencio)
no importan.
Traigo mi izquierda luminosa,
mis dientes de leche,
mi sangre mineral,
mi fiebre lenta en el mercurio,
mi jaula casi suicida,
mi diafragma suicida.
Y ya no me queda dulzura ni me queda rencor,
ni queda orden en mis llagas
ni cordel entre mis puntos cardinales:
aquel, este, otro, ninguno.
Ilustración: Jean-Michel Basquiat (1982)