¡Qué diera yo por vivir en la Residencia Tec!: Regresando de correr, a eso de las 1800, ya tenían puesta su música de banda los nacos de allá abajo, a todo volumen. Cuando me hartaron salí al pasillo a callarlos, pero ninguno de los parroquianos se asomó. Ah, pero alguien sí hizo algo efectivo: pusieron en el teléfono el ruidero de estos cabrones, ¡y que va llegando la patrona a darle su buen jalón de orejas al güevonazo!, un joven estudiante que por cierto tardó en abrir porque estaba durmiendo la mona luego de una noche de copas (durmiendo con el modular a todo volumen, me queda claro que la intoxicación etílica los tumba, por eso se les quema el colchón y la vivienda, porque estos bellacos se duermen fumando. El chavo aguantó la andanada, cínico como es, se le entregó copia del contrato y una advertencia: "se vuelven a quejar y te vas". ¡Adentro que están cenando! Y es que muchos aquí somos trabajadores que necesitamos descansar para recuperar fuerzas (también desvelan los gritos infames de esas chavas que vienen a estudiar y terminan cogiendo con el macho). Quizá la patrona se lo piense mejor y decida rentar sólo a estudiantes abstemios.
#serentancuartos a estudiantes abstemios, con tanta borracha y borracho (en lenguaje de perspectiva de género). pic.twitter.com/4TmuzyViSQ
- duke speaks (@duke_speaks) abril 1, 2014