Hemos pasado la noche en el hospital.
B esta bien, gracias a Dios.
Sufrió como nunca, y lloró, lloró, lloró, hasta que por la madrugada, la venció el cansancio; pero está bien. Yo soy su mamá: creo que eso expresa cómo la pasé. Luego escribiré sobre el asunto, porque necesito sacarlo de mí. Lo que ahora quiero publicar es que, con todo y tensión, frustración y miedo, sabía que Dios estaba con nosotras, y experimentar ser sostenida de esa manera es bueno, con lo que cabe a la palabra "bueno".
Llegué a pasar noches terribles por cosas mucho menos importantes... me queda claro que es crucial quién está contigo: estar o no, con Dios.
Silvia Parque