Desde que inauguré la sección de “Cambiemos el mundo”, sólo han pasado cosas buenas. Cosas buenas para los protagonistas de estas historias, para mí y para todos mis compañeros:
La primera persona que me inspiró para desarrollar esa sección fue Marian Landa.
Mientras me contaba su historia, sentí que mi respiración se ralentizaba. Notaba que el parpadeo se volvía más lento, como el caminar de un dominicano, y unas partículas misteriosas ascendían por mi médula hasta producirse, lo que llaman, el momento Eureka. Por lo menos eso es lo que siento cuando me asaltan las ideas.
Es curioso pensar que si no hubiera ocurrido en ese instante, tal vez nunca hubiese existido dicho espacio. Jamás lo sabré . Las musas son tan caprichosas como la desmesurada Paris Hilton en un centro comercial.
A día de hoy, Marian ha hecho mejoras en su vida. Para empezar ganó el concurso a la mejor tortilla de la capital de La Rioja (la cual fui a probar hace poco). Como diría Rafael: “una tortilla de escándalo y a buen precio” (pido perdón por el chiste desprovisto de gracia). Por otra parte, ha llegado a un acuerdo con el banco para que no le quiten el piso. Me agradó verla bien y yo, como Mary Poppins, abrí mi vetusto paraguas y proseguí mi camino.
La segunda historia, la de Giovanna, fue difundida por primera vez el 19 de junio en este blog. Desde entonces han pasado muchas cosas. Cosas que os cuento a modo de receta.
Ingredientes del bizcocho:
Un ser humano (en este caso Giovanna) + Una nota escrita con la misma desesperación con la que lo haría un náufrago en una isla desierta.
Después se mete la nota en una botella y se lanza al mar de brea custodiado por edificios de ladrillo y de automóviles que asolan la ciudad. En el transcurso del viaje, la masa va adquiriendo cuerpo y se va cocinando en su propia esencia.
Sólo falta que un marinero de extrarradio localice la botella. Para ello es necesario que los planetas se alineen y poner un cuenco de leche como ofrenda a la Luna.
Después:
Un terapeuta de supermercado (en este caso un humilde servidor) descubre el bizcocho. Lo adereza, lo adorna, le hace fotos y lo mete en el horno. Es imprescindible usar algo de levadura virtual (15 gramos de Radio Rioja + 200 gramos de Facebook +100 de Twitter + 20 de Google plus + 1 kilo de blog). Se vuelve a dejar reposar unos días.
El bizcocho empieza a crecer tanto que empieza a desbordarse. Todo ello es debido a que la receta, ya a merced de todos, ha ido evolucionando y la gente que la encuentra le va añadiendo nuevos ingredientes.
Ingredientes nuevos: molde nuevo de la mano de VectorSocial, un poco de moscatel del periódico La Rioja, un chorrito más de Radio Rioja, ralladura de naranja de la mano de la televisión, y trozos de coco del periódico El País.
Al final, lo que queda es: un bizcocho suculento, una persona feliz, casi acostumbrada a que la fotografíen tanto como a cualquier persona de renombre, un negocio que ya ha guardado el cartel de se traspasa y un mostrador lleno de género.
A nuestra querida Giovanna, que está eternamente agradecida, ya no le quedan palabras para trasmitir todo lo que siente. Hace tiempo que, con diccionario en mano, agotó todos los sinónimos, los adjetivos y todas las palabras derivadas de: gratificar, premiar, recompensar, complacer, etc.
También dijo: “Soy una persona que sólo ve a personas. No veo colores, ni razas, ni religiones. Yo convivo, comparto y ayudo a todos los que puedo. Porque ante todo somos personas y tenemos que respetarnos”.
Una mágica cadena de favores corre en todas las direcciones. Una fiebre extraña calienta mentes enfriadas a golpe de televisor. A muchos les ha entrado la locura y quieren ayudar, porque ayudar engancha, apetece.
Como apoyar apetece, nuestra joven carnicera, ha puesto en su local un punto de recogida de tapones de plástico para socorrer a Aitzina. La ataxia-telangiectasia es la enfermedad que padece y de esta forma podemos cooperar para la investigación de la misma (http://www.aitzina.org/reciclaje-solidario/). Vete a visitar a Giovanna y de paso llévale unos tapones de plástico para esa causa. Si vives lejos y te gustaría poder contactarla, puedes hacerlo a través de su cuenta de Facebook.
Os dejo aquí unas fotos de las últimas visitas:
Aquí tenemos a Romina Selene regalándole un ordenador portátil.
Aquí estoy con mi amigo, Mario García, haciendo alarde de nuestro humor característico.
Con todo esto me despido y prometo seguir ahí al servicio de los demás. Estaré ahí para escucharte, para apoyarte, si la causa es buena. Hasta pronto.
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Israel Esteban