Revista Talentos

Hoy entrevistamos a… antonio orozco guerrero

Publicado el 24 noviembre 2019 por Aidadelpozo

Hola, amigos de Tormentas de tinta. Hoy entrevistamos al escritor ANTONIO OROZCO GUERRERO, al que me une una gran amistad. Espero que leáis sus obras porque merecen la pena.

¿Quién es......? Defínete cómo escritor y como persona.

¡Esto empieza difícil!

Como escritor supongo que soy alguien que está todavía demasiado apegado a la Historia como ciencia y trata de mejorar su capacidad de crear tramas de ficción. Lo demás prefiero que lo digan los lectores.

Como persona, me define un espíritu de superación que en algunos casos puede resultar excesivo. Y también el deseo de amar todo lo bueno que nos rodea. A pesar de las zancadillas constantes.

HOY ENTREVISTAMOS A… ANTONIO OROZCO GUERRERO ¿Te ha condicionado el lugar en el que naciste y/o resides a la hora de escribir?

Del lugar donde nací me siguen condicionando los recuerdos que tengo y lo que me contaron mis padres. No obstante, yo creo que son tantas y tan diversas las cosas que nos condicionan sin saberlo, tanto a la hora de escribir como para cualquier acto que realizamos, que es imposible identificarlos todas.

Una obra que tú jamás escribirías y una que hubieras deseado haber escrito.

"Jamás", al igual que "siempre", son palabras que no tienen sentido práctico para mí. Creo que me resistiría hasta la extenuación para escribir cualquier novela rosa. Pero no me atrevo a decir que jamás lo haría. No me importaría haber escrito El Quijote o La vida del Buscón don Pablos.

Además de escritor, eres...

Prefiero invertir el orden: además de esposo de Regli, padre de Irene y Sara, abuelo de Mateo y Emma, amigo de unos cuantos y dylaniano fiel, también soy escritor, o al menos trato de serlo.

¿Con qué género literario te sientes más en tu salsa y cuál crees que te haría sentir como si durmieras en un colchón de clavos?

Indudablemente, con la novela histórica; también con todo lo que sea aventuras y suspense. Incómodo me sentiría si soy consciente de que escribo algo que no va a transmitir nada interesante a los lectores, sea el género que sea.

¿Te atreverías a escribir en un registro en el que te sientes inseguro como reto personal?

Como ejercicio literario, creo que sí.

HOY ENTREVISTAMOS A… ANTONIO OROZCO GUERRERO ¿Consideras que no son buenos tiempos para la novela o, por el contrario, que si lo son?

Me temo que no son buenos tiempos para la cultura, tal como la entiendo yo. En la actualidad, se lee mucho pero todo en pequeñas dosis: un bombardeo constante de noticias, gran parte de ellas falsas o manipuladas, muchas banalidades y poco conocimiento, literatura y espíritu crítico. No hay tiempo ni paciencia para recrearse en una lectura que aporte algo importante.
Afortunadamente, todavía quedan excepciones y hay un porcentaje, tal vez minoritario, de personas que sí se interesan por una buena novela, una buena obra de arte y por aprender cosas sin dejarse llevar por la corriente. Mi temor es que esta minoría esté ya en período de extinción.
Hay demasiados interesados en que "la masa aborregada" siga existiendo y sea lo más zafia e inculta posible.

Ojalá mi criterio esté equivocado por completo.

¿El escritor independiente es lobo para otros independientes? O, por el contrario, ¿hay buen rollo en este mundillo?

Hay de todo. Mi percepción personal es que hay una ínfima minoría de lobos, una inmensa mayoría de escritores "neutros", que van a lo suyo pero no descartan el "buen rollo" cuando haga falta y otra ínfima minoría de autores con buen rollo de verdad.

¿Aceptas consejos literarios o te los pasas por el forro con suma alegría?

Recibo pocos y me los tomo bien. Luego, decido si los asumo o no.

¿"Zapatero a tus zapatos" o eres como "Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como", o sea, maquetas, haces tus portadas, corriges o dejas ciertos trabajos técnicos a profesionales?

Menos las portadas, para las que soy un negado, todo lo demás me lo guiso y me lo como. Aunque reconozco que las correcciones se me indigestan a menudo.

¿Qué obra de las que has escrito es la "niña de tus ojos"?

Esta la voy a tener que pensar. Sigo hasta el final y vuelvo...
...
Ya estoy aquí de nuevo y no me decido. Creo que todas son mis favoritas cuando empiezo a escribirlas. Luego, veo defectos por todas partes y a veces casi termino odiándolas. Sin embargo, con el paso del tiempo, vuelven a parecerme aceptables.

HOY ENTREVISTAMOS A… ANTONIO OROZCO GUERRERO ¿Un troll es el enemigo público número uno de un escritor independiente? ¿Te tomas esto de los ¿Una mala crítica es para ti como una patada en los mismísimos o aprendes de ella y sigues "a otra cosa, mariposa"? trolls¿El lector siempre lleva la razón o eres escritor de cantar la gallina a los lectores? con una sonrisa o te cabrea de narices? ¿Escribes por amor al arte o se te pasó el arroz de la emoción por escribir? Esto es, escritura como ocio, como negocio o "ambas respuestas son correctas"?

Un troll (¡Ojo!, esto es una percepción personal y, por lo tanto, sujeta a error) es a menudo alguien que no tiene ni idea de lo que está leyendo, pero disfruta llevando la contraria a los demás. Su pensamiento es más o menos este:

¿Construyes las historias y los personajes o alguna vez te has sentido marioneta de tu novela y sus protagonistas?

"Vaya, hombre, esta obra está muy bien conceptuada por los lectores. ¡Mira que me jode! Este se creerá que es un futuro nobel o un premio Planeta. No me la voy a comprar, pero voy a usar mi sinónimo de siempre, con el que no me conoce ni mi padre, y le voy a hacer una crítica que ya verá".

HOY ENTREVISTAMOS A… ANTONIO OROZCO GUERRERO La piratería hace mucha pupa a la literatura, pero, en el caso de los escritores indies, ¿los que cuentan historias como si escribiese redacciones escolares, no hacen también sangre a los buenos escritores indies?

A ver, una crítica bien expuesta es siempre buena, independientemente de que sea favorable o contraria a una obra; pero una crítica sin fundamento es mala y como tal me disgusta.

El lector no siempre tiene la razón; ni el escritor tampoco. Yo escribo lo que me gusta a mí y lo que siento. Pero el lector siempre merece mi mayor respeto.

¿Ventas es sinónimo de calidad o no van necesariamente ligadas?

En mi caso, no es ni ocio ni negocio; es una necesidad y un disfrute. No obstante, a veces cuesta ponerse, si bien luego siempre lo disfruto. Cuando escriba forzado, pararé y me dedicaré a otra cosa.

Ahora que vivimos en el siglo de la inmediatez, ¿escribir bien está sobrevalorado?

Construyo las historias con sumo cuidado. Estudio los acontecimientos históricos del momento, me documento todo lo posible... y, cuando empiezo a escribir, los personajes se ponen a hacer lo que les viene en gana y me llevan la historia por donde les parece oportuno. Suelo dejarlos, porque casi siempre llevan razón y no es justo de que yo les fuerce con mis manías de "rigor histórico".

¿Te proponen ganar un premio guay del Paraguay a cambio de escribir la mayor full¿Un escritor es también imagen y producto? de la historia de la literatura? ¿Qué harías? Háblanos de la obra dentro de tu narrativa que más tenga de ti.

No estoy seguro del alcance de la piratería. Creo que es deleznable, pero también entiendo que un señor que prefiere descargarse una obra "por la cara y sin pagar un céntimo" no le resta buenos y honrados escritores (que hay muchos) al escritor independiente.

¿Escribes con música? ¿Te inspira?

El que no escribe con propiedad y se dedica a publicar solo se hace daño a sí mismo.

HOY ENTREVISTAMOS A… ANTONIO OROZCO GUERRERO De todas tus creaciones, selecciona un fragmento con el que te "vendas" al lector, a modo de carta de presentación.

Hay mucha calidad que no vende y hay mucha mala literatura que vende mucho. Solo hay que echar una ojeada.

HOY ENTREVISTAMOS A… ANTONIO OROZCO GUERRERO

No lo sé. Lo que si observo es que hay demasiada gente que escribe mal y este hecho no le preocupa en absoluto. Ahora bien, el que escribe bien es apreciado por las personas que saben lo que leen.

Y ahora, más difícil aún: te voy a dar una palabra y me dedicas un relato breve. Ojo. Me lo dedicas a mí (risita sarcástica): "imaginación".

Mi idea es que si me proponen ganar un premio antes de escribir algo, aunque el que me haga la propuesta esté convencido de que será una obra magistral, tengo la obligación de negarme. Pero hasta que no me lo propongan, no pondré la mano en el fuego.

No debería, pero sí. Quiero decir que la imagen la debería dar solo la obra y esta debería ser valorada al margen del marketing. Pero, la realidad me lleva la contraria

HOY ENTREVISTAMOS A… ANTONIO OROZCO GUERRERO Y por último, muchas gracias por habernos dado tu tiempo y por tu amabilidad al concederme esta entrevista para TORMENTAS DE TINTA. Me gustaría que dejases los enlaces de compra de tus obras y mandes unas palabras de despedida para los amigos del blog.

Dicen que era yo, porque es mi pequeña historia infantil y, en parte, Al resguardo de la noche, porque uno de los protagonistas es mi abuelo Antonio.

Desde hace poco, lo hago muy a menudo.

De La guarida del raposo:
A las siete de la mañana, José Raposo hijo estaba de pie, detrás de un árbol, a unos cien metros de la puerta de la casa principal del cortijo de los Gálvez. Vio entrar a Jacinto, el capataz, seguramente para recibir las instrucciones diarias de don Jesús. Diez minutos después, salió.
Pasó una media hora. De repente, la puerta volvió a abrirse y aparecieron los dos hermanos. Estaban riéndose a carcajadas y comentando algo. José, que tenía la carabina cargada, empezó a correr al trote hacia la puerta, encarando el arma. Los hermanos seguían riendo. Lo último que oyó José antes de pararse a unos quince metros de los dos hermanos, y lo último que dijo Javier, entre risas, fue:
-¡Estaba buena, la muy zorra!
Todavía se reía Javier cuando giró la cara hacia el frente y vio a José apuntándole con la carabina. No le dio tiempo a procesar lo que ocurría. Una bala le entró por el pómulo izquierdo y le salió por la nuca. Cayó sin vida, como un fardo.
-¡Pepito..., yo no...! -musitó Antonio.
José tiró del cerrojo para atrás y recargó el arma. Lo hizo a una velocidad, que, ahora, debajo del pino y mirando las estrellas, no se explica. Antonio cayó fulminado por un disparo en el pecho. Tardaría unas horas en morir en brazos de su madre, doña Ernestina.
Don Jesús, el padre, apareció en el zaguán apuntándole con una escopeta. José estaba ya a un metro de la puerta. Se adelantó: le disparó, a quemarropa, en la cabeza, y lo mató en el acto. Recargó inmediatamente y se quedó apuntando hacia el patio interior, que servía de comedor. No apareció nadie.
Su padre y su hermano Rafael estaban unos metros detrás, presenciándolo todo. José arrojó, con rabia, la carabina contra el patio y se dio media vuelta. A sus dieciséis años se había convertido en un asesino.

HOY ENTREVISTAMOS A… ANTONIO OROZCO GUERRERO

25. Voy a proponerte unas palabras y me dices la primera que te venga a la cabeza, sin pensar, no me hagas trampa.
Casa Mía
Película Tommy
Piel Protección
Arte Imprescindible
Mujer Igualdad
Familia Importante
Trampa ¡Cuidado!
Tiempo Espejismo
Paisaje Dios
Caos Apariencia
Enigma Descifrable
Pluma Escribir
Erotismo (Prefiero) Amor (con mayúsculas)
Sensibilidad Positiva
Poesía Vida
Muerte Irreal
Drama Demasiados
Sinceridad Necesaria
Promesa Fidelidad

Después de cinco minutos de pensármelo, voy a intentar lo que propones: escribir algo en un registro diferente, salirme de mi género y a echarle imaginación al relato. Ahí va:

El público abarrotaba la sala. Hacía mucho tiempo que no se daba un juicio de aquellas características. Todo era sencillo: un juez, un fiscal y un abogado defensor iban a tratar de demostrar con sus interrogatorios y, en su caso, las aportaciones de varios testigos que aquel pobre hombre era un criminal.
Todos estaban esperando la llegada del juez al estrado. Un alguacil la anunció.
―¡Todos en pie!
El juez se sentó y miró al acusado mientras daba unos golpes al artilugio que imitaba el sonido de un martillo que golpeaba un trozo de metal.
―¡Silencio! ―dijo en voz alta y firme mientras todos callaban con respeto- Comienza la vista. Que hable el señor fiscal.
El aludido se puso de pie y comenzó su intervención:
―Señoría, como fiscal del Estado, tengo que decir que son tantas las pruebas de que el hombre que se sienta en el banquillo ha cometido en reiteradas ocasiones el crimen del que se le acusa, que considero prácticamente innecesario redundar sobre las mismas. He puesto sobre su mesa diez muestras que le servirán para convencerse de que digo la verdad. Por todo ello, pido para este malvado incorregible la pena de diez años de aislamiento, durante los cuales se le permitirá ver los informativos de la televisión y toda clase de programas de ocio y diversión. Eso es todo.
―Señor fiscal, le agradezco su brevedad. Tenga por seguro que miraré con el detenimiento oportuno las pruebas aportadas. Tiene la palabra el abogado defensor.
―Ejem, ejem. Señoría, ante las pruebas aportadas por el ministerio fiscal, solo puedo expresar, en nombre del acusado, su completo arrepentimiento y su firme propósito de no volver a delinquir. Espero que se tenga en cuenta este extremo y sirva para que se le imponga la mínima pena, abundando en esta petición el hecho de que, a pesar de tratarse de un delito continuado y haber, por tanto, reincidencia, el arrepentimiento ha sido sincero y espontaneo en su arrepentimiento. No tengo más que decir, señoría.
―Le agradezco de igual manera que al señor fiscal, su brevedad, señor abogado. ¿Tienen las partes algún testigo que aportar?
―No, señoría ―dijo el fiscal.
―No, señoría ―repitió el defensor.
―Pues en ese caso, permítanme unos minutos para valorar las pruebas.
El juez tomó al azar un libro de un rimero desperdigado sobre la mesa. Lo hojeó negando con la cabeza y mirando al acusado con signos de reprobación. Cogió otro y repitió los mismos gestos de desaprobación.
―Bien. No considero necesario alargar más la vista. El acusado es declarado culpable del delito de "lesa imaginación". En dos días se celebrará nueva vista para concretar la sentencia. Solo me queda preguntar al acusado si desea expresar algunas palabras en su descargo o al menos para pedir perdón.
―Señor juez, solo puedo decir que lo siento y que nunca más volveré a delinquir. Soy culpable de haber escrito diez libros y haber derrochado imaginación. Sé que, en los albores del año 2500, esto resulta intolerable. Todos los ciudadanos debemos sentirnos felices con la realidad con que nuestro venerado Estado nos deleita. Y yo, con mi criminal acción, he hecho templar los sólidos muros que sustentan nuestra sociedad. Quise recordar aquellos tiempos en los que derrochar imaginación no era delito. Me equivoqué.
―La vista se declara finalizada.
―¡Todos en pie!
El juez abandonó la sala. Los presentes aplaudían, felices porque la ley, una vez más, se hubiera impuesto. No se imaginaban lo duro que es no poder dejarse llevar por la fantasía. En realidad, no se imaginaban nada.

Muchas gracias a ti, Aida. Queridos lectores de Tormentas de tinta, espero que con esta entrevista me conozcáis un poco. Un abrazo a todos y a seguir leyendo, que hay mucho y bueno.

Enlace a mis libros: Author.to/LibrosdeAOG

Enlace a mi blog: antonioorozcoguerrero.blogspot.com.es


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