La previsión para hoy es una borrasca en la zona central de mi cabeza. Es muy probable que las precipitaciones sean moderadas por la mañana, pero a medida que pase el día incrementarán su fuerza y me aplastarán el pelo. Cerca de mi ombligo se prevén torrentes de agua que pueden provocar inundaciones de nostalgia con sabor a besos en la tripa. Todas las extremidades están el alerta naranja, y hacia medio día pueden darse abrazos desesperados con posible huracán de sentimientos encontrados. Las mejillas abren sus pistas de esquí al público, aunque el deshielo de los ojos empezará en pocos días, y es posible que su superficie esté aún más resbaladiza que otros años, vayan con cuidado. En la boca y el corazón, como siempre, tiempo estable. Nublado pero con las temperaturas máximas subiendo, rozando la punta del termómetro, que es posible que estalle del calor que se prevé para las próximas semanas. Mucho cuidado con la zona helada del sur, por los pies por donde me visto, porque se han avistado placas de hielo en las carreteras que suben pantorrillas arriba, y es posible que haya retenciones de tráfico debido al temporal.