Hoy no llueve
hoy no vino a mí
hoy no despertó en los labios
la incertidumbre del hambre
hoy no me acarició la espalda buscando
destino en la mirada y en mí mirada
hoy no vino de amarillo
hoy no soñó con berretines de chiqué
ni con la vida desnudándola
hoy no se hizo fuego en el instante de soñar
y no lloró lo que tenía que llorar
hoy no acomodó las cortinas del día
ni retrasó el mañana con un beso
hoy no jugó a ser metáfora en la almohada de Dios
hoy no se puso mi camisa, ni mi soledad
hoy no me dijo chau entre dos margaritas y un beso.
Hoy no llueve
tampoco vino.