A veces nos levantamos de la cama de un salto, sin pensar: Hoy es otro gran día.Y efectivamente resulta ser que lo es. Todos los días son grandes días, porque a pesar de que tengas la “mala suerte” de que sea un día malo, al final, aprendes que si vuelve a amanecer otro mal día, sabrás cómo enfrentarlo. Así ocurre con todo. Te levantas, y al mirar atrás, te das cuenta de todo lo vivido hasta llegar a ese momento. ¿Qué paso?, ¿cómo he llegado hasta aquí?, ¿qué hubiera pasado si…?. Ya no importa, el caso es que estás donde estás. Miras atrás y piensas en todo lo ocurrido, en que quizá no hubieras estado aquí si no hubiera pasado lo que pasó, o lo que no pasó. No lo justificas, ni los dolores ni sufrimientos quieres repetir, pero sí te das cuenta de lo mucho que mereció la pena dejar atrás a quien no merecía la pena. Otras veces, entra la nostalgia por una rendijita de la ventana al a vez que un rayito de luz y recuerdas buenos ratos, sonrisas que quizá echas de menos, quizá no. A veces, nos levantamos de la cama de un salto, sin pensar, y de repente: MIRA TODO LO QUE HEMOS PENSADO! Será que soy de esas que no paran de pensar nunca. Lo sé: pienso demasiado. Tampoco es malo mirar atrás para darte cuenta de lo que tienes delante. Hacer borrón y cuenta nueva, literalmente, eliminar de tu vida lo malo, lo que no te beneficia, lo que no te aporta nada, eso sí es hacer borrón y cuenta nueva. Mi nueva cuenta es distinta, bonita, dulce y sobre todo, algo que sí merece la pena.
Son de esos días que te levantas activa y dices: hoy puede ser un gran día. PD: BUENOS DÍAS.