Hoy, san miguel arcángel

España ha sido tradicionalmente un país católico. De ahí que durante gran parte de nuestra historia se pusieran nombres del Santoral. A mí, me tocó llamarme Miguel, que no es un nombre de tradición en mi familia. Nunca he sabido el por qué…

Aún así, como muchas otras esferas sutiles o mágicas de la vida, el nombre que se nos da tiene sus consecuencias en nuestra existencia. Tampoco sé el por qué, ni me importa demasiado, la verdad. Constato un hecho, nada más. San Miguel es el Arcángel, por decirlo de alguna manera, la autoridad entre los ángeles y, según parece, el encargado de luchar contra el gran diablo Satanás! Es el único al que se le representa con armadura, luego es fácil de reconocer en las pinturas, esculturas e ilustraciones antiguas. Y quizás por eso soy un líder y un emprendedor nato, aunque sensible y vulnerable, como para necesitar la armadura…

Si me hubieran dejado escojer, a ratos pienso que hubiera preferido ser un pastorcillo cualquiera, de esos del pesebre, siempre en tierra firme. Eso de ser ángel y volar, a veces cuesta. Siempre he tenido la sensación de haber hecho de ángel de la guarda de muchas personas a mi alrededor, ayudándoles cuanto pude y/o despertándoles a la vida, para que alzaran el vuelo, como yo. Pero también es verdad que nunca he tenido un ángel para mí y me hubiera gustado tenerlo, en más de una ocasión. Pero, al parecer, la vida de un ángel es efímera e incluso asexuada -eso, constato que no es verdad, pero el sexo solo con corazón-, y, lamentablemente, nada ni nadie al parecer permanece en ella demasiado tiempo, ¿será que a algunos les da miedo vivir desde el Alma, como yo? ¿o será que nuestra vida es, en realidad, así? Lo único, es que a los ángeles suele costar olvidarlos, siempre están presentes, aunque sea solo en los sueños, en una estampita de esas con santos protectores o en un erróneo altar, olvidando que también tenemos algo de humanos…

Bueno, qué le voy a hacer, me llamaron Miguel! Aunque ahora estoy aprendiendo a volar más raso y, en todo caso, siempre volar desde el corazón y persiguiendo al Alma, donde siempre hay paz y amor… y, después de demasiados años haciéndolo, ya con pocos diablos internos o externos contra los que tener que luchar!