No interfieras en su lucha interior, no profanes la intimidad de esta romántica e inusual heroína. Es una niña insultantemente atrevida, una mujer que aún no ha encontrado su camino, un patito feo en busca de reconocimiento, ese pedazo de conciencia que nos dice que deberíamos ser más críticos ante la hipócrita vida que reparte sus cartas tan a la ligera. Es una incomprendida, una teatrera, una desobediente. Pero su sinceridad la delata sin lugar a dudas y la deja desnuda ante el mundo. Te dirá que no comprende nada, que quiere aprenderlo todo, que está dispuesta a cercenar cualquier respuesta que no se acople a su inmadura concepción del mundo. Déjala, es su momento, su tragicomedia debe vivirla sola. Cuando la desfachatez venda sus armas al sentido común ella volverá al punto de partida para entregar su espada y capitular, con el alma extendida y el orgullo siempre alerta. No te preocupes por ella. Mañana, o pasado, la princesa guerrera desandará el camino del descaro y la insolencia, le pedirá permiso a su rebeldía y te pedirá perdón. Ella se presenta así, luchadora, indisciplinada, resuelta. Déjala, que viva su truculenta juventud al margen de cualquier atisbo de raciocinio. Nada de lo que digas hoy la convencerá.
Hoy se rebela
Publicado el 03 noviembre 2011 por EstherNo interfieras en su lucha interior, no profanes la intimidad de esta romántica e inusual heroína. Es una niña insultantemente atrevida, una mujer que aún no ha encontrado su camino, un patito feo en busca de reconocimiento, ese pedazo de conciencia que nos dice que deberíamos ser más críticos ante la hipócrita vida que reparte sus cartas tan a la ligera. Es una incomprendida, una teatrera, una desobediente. Pero su sinceridad la delata sin lugar a dudas y la deja desnuda ante el mundo. Te dirá que no comprende nada, que quiere aprenderlo todo, que está dispuesta a cercenar cualquier respuesta que no se acople a su inmadura concepción del mundo. Déjala, es su momento, su tragicomedia debe vivirla sola. Cuando la desfachatez venda sus armas al sentido común ella volverá al punto de partida para entregar su espada y capitular, con el alma extendida y el orgullo siempre alerta. No te preocupes por ella. Mañana, o pasado, la princesa guerrera desandará el camino del descaro y la insolencia, le pedirá permiso a su rebeldía y te pedirá perdón. Ella se presenta así, luchadora, indisciplinada, resuelta. Déjala, que viva su truculenta juventud al margen de cualquier atisbo de raciocinio. Nada de lo que digas hoy la convencerá.
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