Revista Literatura

Huelga de ilusiones

Publicado el 11 enero 2016 por El Perro Patricia Lohin @elperro1970

12540771_1113884645318699_8864416939786547208_n

Arte: Walid Ebeid

Según el noticiero de hoy, se ha diluido la ilusión, -efectivamente eso parece-, y junto con ésta cualquier atisbo de que el amor pudiera ser tal, así como el papel una caricia, la frase un susurro y tu mirada una fuerza concreta que viniera a atravesar cualquier alma –no cualquiera, sólo la mía- a través del tiempo que transforma la distancia en átomos multicolores.

Los periodistas y especialistas en estos temas, están muy intrigados, analizando con minucia los cuatro puntos cardinales, buscando recovecos con vestigios de arena o algún caracol de mar que les susurre qué le ha pasado a este universo que se está escurriendo por la rejilla del baño.

Tal vez el hilo dorado, que oficiaba de cable transportador de vibraciones, de hamaca en las siestas o para colgar los sueños literarios manchados por el café,  nunca fue más que baba del diablo, o apenas una débil telaraña tejida por un papaíto, intentando sostener puntos suspensivos.

Hablar de nosotros se me hace hoy como invadir una noche oscura y cerrada, la impenetrable, sin lunas, estrellas, constelaciones o galaxias, sin Principito ni rosa, sin algo fugaz ni hadas, tan solo la nada negra y contundente en donde los sueños rebotan contra un muro.

Me pregunto quién de los dos lo construyó. ¿Acaso tuvimos las herramientas y no nos dimos cuenta? No obtengo respuesta. Poco quiero a la pregunta. Cambio de canal, dejo una sitcom y la ignoro.

Impera la realidad; tan clara, asertiva y correcta, bien vestida y despiadada, con el gesto imperturbable acentuado en su boca y mentón, atajando cualquier rebelión que quisiera derrocarla e ignorarla. No hay golpe de estado que dure más de tres segundos y medio, o más de media mañana; luego todo vuelve a ser como era. Marchen los sueños insurrectos y las rebeldías, marchen los deseos gozosos que quisieron derribar las fronteras, junto con el bocado dulce y empalagoso de los besos, marchen todos a la celda gris del nunca jamás.

He perdido mi musa, o mi ilusión, que es lo mismo. Y he declarado -sin firmar documentos ni decretos- al resto de mi vida en huelga; mientras saboreo sentada en un banquillo de la obscura cocina, el dejo amargo y ácido  que ha dejado en mi lengua la fruta arrancada antes de tiempo.

Antes de ayer, o antes de vos, el horizonte no quedaba tan lejos, la muerte terminaba con todos los interrogantes pero abría certezas, los vivos seguían rezándoles a los santos en la cumbre de la desesperación y éstos cumplían.

Antes, el verano era una suave brisa que yo podía atravesar a la tardecita, montando mi bicicleta roja sin cascabeles, dejando mi pecho abierto al cielo para que se llenara de mariposas blancas.

Antes el camino hasta el otoño era una vía láctea que me llevaba hasta vos.

Después de ayer, a los lunes no le siguieron más que otros días grises con sus respectivos nombres y horarios. ¿Quién es ese jueves que parece tan lunes? Después, las noches se convirtieron en exclusivos descansos de la carne languideciendo sobre las sábanas ocres, y las horas de los recreos en una sucesión de imágenes descoloridas reflejadas en la pantalla de una computadora. Después,  el correo fue sólo spam, y las poesías algo que escribían otros para otras y viceversa.

En mi último sueño, antes de ayer, te olvidaste los guantes de jardinero sobre la escalera de madera, lo alcanzo a ver por la ventana. Tu sombra quedó marcada como una huella perenne al costado del manzano, bajo el alero un libro yace abandonado sobre una mesita, las flores se marchitaron y mientras tanto, yo sigo espiando el pasado de mis ilusiones por la hendija de la ventana.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


El Perro Patricia Lohin 400 veces
compartido
ver su blog

Sus últimos artículos

Dossier Paperblog

Revistas