No volverán a dejarse ver los vastos plumajes gualdo y carmín sobre nuestras cabezas,
los umbríos grajos colman los pétreos cielos e inmundas alimañas son un tapiz pardo bajo nuestros pies.Sientes el tacto crujiente cómo avanza en escuadrón hincando su venenoen un esfuerzo colérico de enterrarte bajo el mundo que te vio nacer.