I'Marte el Mejor Videopoema de La Vanguardia

Página impar (7) del Suplemento VIVIR de La Vanguardia.

El sábado 5 de junio entrada la madrugada, tras un día intenso y una dura nocturnidad, recibí una llamada al móvil de un número que no tenía registrado. Yo di casi las buenas noches, Toni Merigó me llamaba para decirme que el jurado del concurso E-poemas de La Vanguardia me había concedido el premio al MEJOR VIDEOPOEMA por I'Marte, la perfecta conjunción entre amor y arte. Si dijera que me alegré, me quedaría corta. Ha sido el primer reconocimiento público hacia mi textualidad vertical.
"La decisión ha sido unánime", -me dijo al otro lado del teléfono. "Entonces, no os ha asustado la palabra coca", -le dije en forma de aseveración dubitativa."El jurado ha discutido sobre ello pero puedes referirte a la coca cola", - dijo con aire inocente."Odio la bebida gaseosa y nunca me he metido nada por la nariz, me refería al bizcocho dulce del país de mi infancia, con el que mis padres me despertaban para desayunar".
Mientras hablaba contigo con la mirada, tu dulce pupila me desnudaba, y cuando salí al balcón de nuestra Torre de Babel, viniste por detrás y me abrazaste mientras me citaba en el 477 de la Diagonal barcelonesa a "dos quarts de dotze del diumenge". Tuve que preguntarle qué hora era aquella, las 11:30 o las 12:30h. Llevo 4 años en la ciudad condal y todavía no me ha dado la gana aprender su peculiar forma de marcar el tiempo.
Al colgar abrimos una botella de vino tinto Syrah y brindamos. Nos deleitamos en el placer de degustarla juntos, abrazados en el lecho improvisado de nuestro salón de estar. El premio era compartido. El poema es un autoretrato que sin tu presencia en mi vida no hubiera sido posible. Hablamos, me contaste tus experiencias mediáticas y me dijiste que fuera como soy, entusiasta. Pensé en los totales y en todo lo que quería decir sobre el videopoema. La conversación comenzó tarde pero fue amable, se puede leer en las páginas salmones de La Vanguardia de hoy. Leyendo el texto pienso que no falta ni sobra nada. Quizá las influencias poéticas: ya que comencé con Ángel González seguí con César Vallejo pero no me quedé en la imprenta del papel porque seguí con la poeta urbana Joana Brabo y la micropoeta Ajo.