El negocio era sencillo y efectivo. Cuanto más días estaba trabajando para “explicar” el misterio, más dinero cobraba. Pagaba el alquiler en la fecha, nunca le debía nada a mi casero… Y mi relojería iba viento en popa porque podía comprar material para hacer nuevos relojes en el taller, pero eso de mi verdadero oficio es otro tema. Todo a su tiempo, no quiero abrumarle.
Quizá ser Explicador de Sucesos Extraordinarios no era el negocio más honrado, pero en aquellos tiempos en los que los privilegios eran sólo para unos cuantos, los otros tantos teníamos que buscarnos la vida.
No han pasado más de dos años de lo que te contaré, aunque yo lo relataré como si hubieran pasado siglos. He decidido contar mi historia en forma de novela porque creo que los hechos que aquí van a ser narrados no me los puedo llevar a la tumba. Quizá no es importante que la gente sepa qué fue del relojero Ícaro Dalfus, pero siempre he sido un profesional en eso de espantar demonios, así que no veo por qué no puedo espantar los míos propios.
Ahora que tienes este escrito entre las manos, sólo te pido que sigas leyendo.
Atentamente,
Ícaro Dalfus
Explicador de Sucesos Extraordinarios
***
Hay tantos comeinzos en la recámara que hoy me apetecía subiros un pequeño trozo de uno. Os presento a Ícaro, cuya profesión extraña... Bueno, ya habéis leído cuál es. Sigo pensando que un día terminaré de contar su historia, pero de momento, está durmiendo en alguna carpeta con otros tantos comienzos que no sé si algún día continuaré.
De momento, lo que continúo, son las prácticas de Derecho.
Ah, y no me voy sin antes anunciar, orgullosa, que EadB ha vuelto, aunque no digo más. Sólo ve a verlo viajando en este link: Hola, soy el link.