Cada Navidad nos encontramos con los mismos rituales. Uno de ellos es envolver todos los regalos.
No todo el mundo presta atención al envoltorio de los regalos, pero en realidad es el 90% de la impresión que van a causar. Muchas veces pensamos que lo importante es lo que se regala. Pero la imagen lo es todo.
Puedes hacer un regalo muy caro, pero la persona que lo recibe quizás no percibe el cariño con el que lo has comprado. Invertir parte de tu tiempo en envolver un regalo hará que la persona que lo recibe, de forma inconsciente, capte el amor que has puesto en él. Y seguro que apreciará enormemente este valor añadido a una rutina navideña que se convierte muchas veces en puro trámite.
Aquí van algunas ideas para que os inspiréis:
Hay mil y una maneras de envolver de forma original. A ver si os animáis estas navidades y convertís vuestras compras en algo más que un simple acto consumista