Bueno, mis queridas amigas, por fin con todas ustedes, como les prometí, la espeluznante historia de la entrega del paquete de Treemkt. Disculpen ustedes el retraso, pero estos pasados días hubo la cuatrigésimo novena edición de los premios Planeta, y se me ha acumulado el trabajo. La profesión de "negro" es lo que tiene...
Para empezar y para poner la situación en contexto, comentaré que los dos anteriores envíos promocionales para LadyA, también vía Chronoexpress, dos dramones. Retrasos en la entrega acordada, llamadas y mas llamadas sin información ni solución, horas perdidas esperando...Además, en los dos casos, la situación vino dada por errores suyos: que si conductores enfermos y sustitutos que no conocen la ruta (y a mi que coño me importa??), que si "errores logísticos" y el paquete se ha quedado en nave (ah, vaya! tu la cagas, pero me la como yo, no?)... Y, para rizar el rizo, sin ningún tipo de contacto ni aviso por su parte ("no tenemos la obligación de llamarles para informarles." Textual.). Lo dicho, experiencia espeluznante.
Así que, en este caso, ya estaba especialmente sensible y alerta. Y, supongo que precisamente por eso, el amigo Murphy decidió actuar...
Intentando ser previsora y evitar repetir las malas experiencias anteriores, LadyA contactó con atención al cliente para confirmar cuando iban a entregar el paquete. "Amablemente" le informaron que estaba programado para el día siguiente de 9 a 14h. Humm... Así me gusta, concreción y precisión en la programación... En fin.
Así que, al día siguiente, toda la mañanita en casa, pendientes de la puñetera entrega. Y, obviamente, llegan las 14h y aquí no ha venido nadie... Cuando a las 16:30h, después de estar "anclado" mas de 7 horas en casa, el paquete no ha llegado, decido llamar para pasar revista y saludar a las respectivas familias de todos y cada uno de los empleados de Chronoexpress. No me extenderé en exceso: empezamos con una operadora que me cuelga en cuanto ve de que va el percal de mi llamada, y seguimos con otra que, contradiciendo a su compañera del día anterior, me dice que por el servicio contratado, lo pueden entregar a lo largo de todo el día, sin franjas horarias ni narices.
En ese punto, la vena del cuello se me empieza a hinchar en exceso, por lo que la operadora (muy prudente ella) decide relajar su postura y promete que intentará solucionarme el caso: voy a recibir en breve una llamada del responsable de la nave de paquetes, que, tras hablar directamente con el conductor, me confirmará a que hora de esa tarde pasará por mi casa (Uau! Vaya operativo han sido capaces de montar! Hablar directamente con el conductor...! Igual hasta tiene móvil..! Im-presionante. ). ¿Lo adivinan..? Si, aún espero esa llamada...
Al dia siguiente por la mañana, decido volver a llamar, quiero sangre. Que si no saben, que si los "problemas logísticos", que si el conductor suplente no conoce la zona, que si la abuela fuma... Que van a intentar (ojo! solo a intentar!) entregarlo esta mañana... de 9 a 14h. Ahí, directamente algo cruje en lo mas profundo de mi mente y sobrepaso el umbral de la ira: no, no voy a conformarme quejandome. Quiero verles ahogados en su propio dolor.
O sea que, tomo la decisión de romper la baraja y jugar a su mismo juego.
(to be continued...)