Si al irte, como noche o frío,
como un sin fin de analogías que pudiera dedicarte;
te llevaras todo.
Sin dejar, si quiera, tu eco en los espejos,
ni tu audaz paso por los días cenicientos,
o los restos terrenales de esas palabras
entretejidas con lunas y universos conspiradores;
donde brotaron como enredadera las contradicciones
y los lastres unitivos de mi vil humanidad...
Si te llevaras mi imagen, mi cuerpo y mi memoria,
si plantaras en sus huecos la nada purificadora
y clavaras mi en mi espalda tus alas de viento...