Imagen sacada de We Heart It.
Práctica de hoy: 41 minutos de yoga restaurativo de Elena Malova.Sentía los músculos pesados y cansados, así que decidí hacer una rutina de yoga suave que me ayudó a deshacer algunos nudos.
Ahora que controló mejor el pino con la cabeza, me frustro porque no consigo el pino con las manos ni contra la pared. Me da miedo estamparme y no cojo suficiente impulso para que mis piernas lleguen a apoyarse en la pared.
Para muchísima gente parecerá una tontería y algo súper fácil, pero para mí es una espina que tengo clavada. Nunca fui una niña deportista ni hábil físicamente, y ver a otras niñas hacer volteretas como la rueda, o hacer el pino, el pino puente cayendo con sus espaldas arqueadas en un perfecto arco, sin miedo y con una facilidad pasmosa, me llenaba de envidia y de un sentimiento de nefasta inferioridad. Por eso estoy tan empeñada en los balances, equilibrios y pinos varios de yoga.
No fue algo que me planteé al empezar a practicar yoga. Realmente no pensé nunca qué pasaría de las posturas más comunes y fáciles. Pero al ir practicando y ver que mi cuerpo iba cediendo y pidiendo más, esos miedos, inseguridades y limitaciones que me acompañaban desde la infancia afloraron y no he querido que me vencieran esta vez. Me frenan... Pero no me rindo.