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Improvisación y guión en la magia

Publicado el 18 enero 2013 por Rafacama

Artículo publicado en Magia para todos los públicos

Improvisación y guión en la magiaA la hora de tratar el tema de improvisación y guión en la magia, tanto en foros como en blogs he visto un consejo que parece ser vox populi, y que me parece peligroso para aquellos que quieran aprender magia de una manera seria. Dicho consejo, aunque enunciado de diversas maneras, viene a decir:

A la hora de preparar un guión para un número de magia, no es necesario que sea un guión detallado, en el que cada frase esté escrita con puntos y comas. Es mejor tener algunas ideas básicas de lo que decir e improvisar según el momento.

En principio no parece haber nada erróneo en este planteamiento, ¿verdad? Si más o menos sabes lo que hay que decir, mejor dejar a la espontaneidad del momento las palabras exactas.

Yo no puedo estar de acuerdo. Y por lo que he podido ver hasta ahora, los magos de mayor éxito tampoco.

Improvisación y guión en la magia – ejemplos reales

Si veis cualquier vídeo, por ejemplo, de Juan Tamariz haciendo el juego conocido como siempre seis, veréis que prácticamente dice siempre las mismas palabras. Prácticamente sin cambiar una coma. Empieza contando cómo los magos se reúnen a cenar, que había un mago que lanzó un bastón al aire, que había una maga… De hecho conozco a gente que es capaz de repetir palabra por palabra la charla (los magos llamamos charla al guión, lo cual no dice mucho en nuestro favor a la hora de tratar este tema) de Juan.

Lo mismo se puede ver en muchos otros magos profesionales.

¿Por qué entonces ese consejo, si parece claro que muchos de los magos de éxito se someten a un guión atado y bien atado?

He visto razones de todos los tipos. Por ejemplo, hay quien dice que un guión aprendido suena a “recitado”. En mi experiencia eso ocurre cuando el guión no está bien aprendido. Sólo memorizado. Aprenderse un guión debe ser como cuando aprendes una técnica. Tiene que llegar un momento en que no tienes que esforzarte en recordar las palabras, sino que éstas vengan solas a tu mente, de manera que puedas centrarte en la expresión corporal, en el tono e intención que le des a las frases, etc.

Por otro lado, hay quien dice que hay que dejar sitio para la improvisación, porque de ella nacen los mayores aciertos. Lo primero que habría que decir es que un guión bien aprendido facilita la improvisación, porque siempre tienes puntos de referencia a los que volver. Por otro lado, la improvisación, en mi opinión, debería estar muy controlada (no más de, pongamos, un 5% de las palabras que utilicemos, y aún me parece mucho).

En cuanto a que lo mejor nazca de la improvisación, hay que decir que a veces sí, pero en muchas ocasiones son rellenos de inferior calidad. Un guión bien trabajado, evolucionado durante meses, depurado, siempre será mejor que la inspiración de dos segundos. O al menos, casi siempre. En las escasas ocasiones en que obtengamos algo de la improvisación que realmente mejore el número, lo que hay que hacer es integrarlo en el guión.

En el fondo me parece una excusa para que los magos recién llegados no se asusten, y vean fácil el empezar a hacer magia. La ley del mínimo esfuerzo, que, aunque yo considero que es una ley muy positiva en muchos casos, en éste al final es contraproducente. El mínimo esfuerzo es tener un guión aprendido que no tengas que esforzarte en improvisar, en crear cada vez que hagas un número.

Como factor añadido, un guión aprendido eliminará un montón de muletillas, “ehs”, etc. Mejorará nuestra presentación.

Próximamente os daré algunas ideas para que el guión parezca “nacido del momento”.

Hasta entonces, ¿qué opináis vosotros?

Espero vuestros comentarios. Y ya sabéis que podéis encontrarme en twitterfacebook y . Un abrazo.

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