27 de diciembre de 2015
Como
(Allegro ma non troppo)
Como ese instante en que vertís
agua caliente en el mate y, si no pasan autos por la calle, se oye el burbujeo
lento, mínimo, de la yerba, así, justo así, a veces sube desde el pozo
indeterminado del alma, centro que está en todas partes y cuya forma es la del
olvido, así, y no de otra, de ese mismo modo, como quien empuja muchas cosas
para que entren en un dos por dos (centímetros, metros, años, da igual), así,
tal cual, con ese suspenso y ese paneo interminable, de cepia a negro, o
viceversa, y también como la gota que golpea la frente del que está atado, la
misma gota, porque es la misma, con el mismo espesor y con idéntica precisión,
hasta que algo se quiebra, con un ruido ínfimo, como el de un alfiler caído en
una hectárea de surcos, de esta manera y no de otra, te juro, creeme, así, como
te lo indico, tan raro, ya sé, pero con esa velocidad, que es la de la nube que
nos tapó ayer mientras mirábamos a los lejos, así, no te miento, es que a veces
sucede, de noche.