Impulso
Reflexione, usted también tiene en quien pensar. Hágalo por el nombre de su padre, el Sr Gutierrez. Ese gran hombre que también trabajó aquí con mi madre. Un hombre intachable, su apellido quedará manchado Gutiérrez, en este pueblo sólo hay dos personas con su apellido. Todos lo recordarán como un pícaro, ya bastante habla mal de usted su señora como para echar leña al fuego.Yo sé que puede estar enojado con ella, he escuchado que en la calle lo llaman “cornudo” por aquel episodio confuso de su señora con el diariero y que también le dicen “cagón” porque no le dio una tunda a ese tipo, pero déjeme decirle estimado, que nadie cree que esos adjetivos sean legítimos para su persona.
Desistamos, aún nuestras conciencias siguen limpias, nuestras manos también. Dejemos esto en un recuerdo risueño. Deténgase, sosiegue su voracidad con otra cosa. Yo como dama puedo olvidar. Aquí nada ha pasado. Venga deme la mano por favor. Nuestro turno está por terminar, necesitamos dormir, calmar los ánimos, sé que llevamos tiempo hablando, soñando, fantaseando con este momento pero los sueños a veces mejor dejarlos en el éter. ¿Puede parar un segundo? Llamaré a la policía y lo delataré si no para. Yo ya estoy convencida que no quiero esto para mi vida y el aprecio hacia su investidura y su hombría de bien hace que tampoco lo quiera para usted. Por última vez Gutierrez, le ruego, termine con esto, diremos que este desastre fue hecho por unos vándalos,vámonos antes de que nuestra perdición sea inexorable. ¿No piensa contestarme? Adiós entonces. Cornudo, cagón".
La sra. Rosa Fernández de Ferrari se retiró de la escuela a puro taconazo, Gutiérrez siguió sacando los cables de cobre de la pared hasta pasada la madrugada. La policía lo detuvo en la calle esa misma noche, enfrente de una pizzería. Murió 20 años después,en la carcel. Rosa lo visitó varias veces en el penal. Sus vecinas de almacén a veces le dicen adúltera.