

Vale, sí.Sé que de esta película hace ya varios meses, pero este fin de semana, cenando en casa de mi primo, tuve la oportunidad de ver una película que para mi gusto tiene todos los ingredientes necesarios para atraer a un público con algo de profundidad en lo que a pensamiento se refiere. Lejos de los estereotipos Hollywoodienses, nos encontramos ante una película que se asienta en dos afirmaciones: Vive para siempre o muere en el intento.
Es una película ambientada en un mundo futurista. La formula contra el envejecimiento ha provocado una superpoblación en los humanos, por lo tanto el tiempo es la moneda de cambio. Viviréis en una jungla futurista donde si se quiere vivir se debe trabajar, de lo contrario el tiempo puede jugar en tu contra, haciendo que tu corazón pare para siempre.

Quizás parezca un argumento de lo más comercial, pero como ocurriera en Matrix, si eres listo/a, te darás cuenta de que este argumento va más allá de la típica película de tablón. Justin Timberlake y Amanda Sheyfried, son la pareja perfecta para una trama que aunque no destaca por lo soberbio del argumento y las actuaciones, si que tiene ese gancho necesario, para mantenerte pegado a la pantalla.
También es cierto, que la relación amorosa en la película creo que sobraba. No había necesidad de poner un romance a una historia donde sobrevivir es el día a día. Si bien está ver a dos actores bellos rebozándose en pantalla, la verdad es que el amor se ha quedado ahí, a las puertas de ser algo mucho más interesante.

Claro está que nos encontramos ante una sociedad distópica, que ha llevado al extremo el hecho de que solo la gente con dinero podrá sobrevivir.
Justin y Amanda, esa pareja tan eléctrica y que da tan bien en escena, nos regalarán momentos donde correr es la necesidad y negociar es la norma.

Tal es la necesidad de tiempo que nuestros protagonistas se convierten en los Bonie and Clayd futuristas. Dos convictos que harán todo lo posible por derrocar el sistema que tiene por sumo dictador…
EL TIEMPO.

