formando cadenas de siglos.
Escucho a su eco,
siempre la misma sinfonia,
siempre la misma canción...
El destino me acompaña
por paisajes desterrados. Es mi mente un desiertodonde se borran las huellas,donde el rumbo se perdió y no encuentro mi estrella.Llego a la meta del acantilado
donde las horas es una sola hora
eternamente repartida
bajo el cielo lluvioso
y movida por los rayos del sol.
Se apoderó la incertidumbrede esta mente perturbada de preguntas que no cesan, afirmaciones que no convencen.En el blanco cielo paseancaprichos y sentimientoscon esfinges que confundeny grandes templos elevanla gloria de los Dioses.
Esta ciega incertidumbreme reclama el amor y me grita lo que sientosin pactos ni ordenes.A veces, me refugio en las nubes, con mi soledad, con mi silencio…
A veces quiero ser del aire,otras del mar, otras ser de la tierray otras… dejo que me arrastre el viento.
Ilusión( M. Sánchez, 29 sept. 2012)Reservados los derechos