Incógnita del hombre sentado

Publicado el 18 febrero 2012 por Netomancia @netomancia
¿Qué espera ese hombre sentado, qué espera? ¿Qué espera desde que despierta, solitario en su cama? ¿Qué espera mientra aguarda a la enfermera, que sin paciencia lo arrojará fuera de la habitación?
Sentado frente a una ventana, ve pasar el día. Observa un minúsculo punto del mundo con toda su rutina. Gente con la que no habla pero que conoce a través de un vidrio. Gente que en cambio desconoce de la existencia suya. Observar y nada más, conformarse con respirar.
Languidece el día, con su eternidad a cuestas. El hombre sentado espera como es su costumbre. Sus piernas inútiles lo atan y su cuerpo marchito lo oprime. Quizá con su mente vuelve al pasado, quizá en su mente aún se siente vivo.
Oculto tras esa ventana, entre sombras y muebles repletos de polvo, parece un fantasma. Pero todavía tiene pulso, el corazón palpita y respira. Entonces el dolor y los achaques le recuerda que es verdad, que está vivo.
No se responde, no nos responde. El sabe la respuesta, la sabe desde hace tiempo. Pero la calla. Esa respuesta que otros omiten, que consideran mala palabra.
¿Qué espera ese hombre sentado, qué espera? ¿Qué espera con los ojos entornados y una lágrima resbalando sobre la mejilla? ¿Qué espera en la penumbra, contraste de la luz en el horizonte tras la delgada franja invisible empotrada en un marco sobre la pared?
¿Qué espera, sino la muerte?