“El destino se lleva siempre su parte y no se retira hasta obtener lo que le corresponde.”
― Haruki Murakami, The Wind-Up Bird Chronicle
18:56 pm. Diluvia.
Por la calle principal
Viene caminando eso que algunos llaman destino.
Yo lo llamaría persona portadora
De eventos inexorables.
Un transmisor de un virus
Para el que aún no hay medicina
O tratamiento disponible.
Un cartero, un mensajero;
El que reparte las cartas de póker
En la mesa redonda mientras nos escondemos
Detrás del humo de los cigarrillos mentolados.
Tiene el pelo húmedo,
Y las gotas resbalan por sus mejillas.
Como cualquier otro simple mortal
Efectúa un salto en alto para llegar a la vereda
Y esquivar los ríos de agua.
No es lo que imaginás, no es quien imaginás.
Ni siquiera es lo que pediste.
No flashees mal. Flasheá bien.
La bestia está recargada a la enésima potencia.
Viene desnudo,
Mostrando toda la monstruosidad
Y belleza de sus partes íntimas.
Nada que esconder,
Toda la verdad expuesta ante tus ojos.
No mete miedo, mete terror.
Es un alud que viene a arrasar con todo;
Incluso con quien pensabas eras hasta hoy.
Viene a hacerte cosquillas,
A que estalles en carcajadas
Mezcladas con llantos e hipo.
No podés esconderte o hacerte el distraído,
Aunque por la noche metás la cabeza bajo la almohada,
Al salir el sol estará parado al borde de tu cama
Cagándose de risa.
Y vos tan cagado de miedo…
Patricia Lohin
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