Infiel. Soy infiel. Sí, han leído bien. No me he equivocado al escribir. Soy infiel. Cada sílaba, cada monema , cada letra me define. Infiel. Soy infiel. De un tiempo a esta parte cada noche abandono mi cama matrimonial para ir a la de mi fiel amante. Ese amante que me posee, que se jacta de la posesión y dice a voz en grito que soy suya. Ese amante que clama a voz en grito su MÍAAAAAAAAAAAAAAAAA.
Así que cada noche cuando el papá del piojo duerme abandono nuestra cama sin que él se percate. Cruzo la habitación y entro en la habitación de enfrente.
Allí me espera sentado en el centro de la cama mi poseedor, que lleva sin cesar, subiendo el tono con descaro por si no me he despertado. Allí me quedo. Allí paso la noche.
Normalmente me despierto antes que los dos. Me levanto y regreso a mi cama matrimonial. Otras soy pillada in fraganti despertándome en una cama que no es la mía.
¿Y tú también eres INFIEL? Yo estoy intentando dejar de serlo, espero conseguirlo.
