Inhabitants y Life, de Artavazd Peleshian

Publicado el 02 febrero 2010 por Gcpg
Hoy os propongo dos muestras de un cineasta bastante desconocido y ciertamente poco prolífico: Artavazd Peleshian.
Sí, sí, no se me ha hecho un nudo en los dedos sobre el teclado, os juro que se escribe así, o así: Артавазд Пелешян
Hay quien dice que Artavadz (la confianza que nos tenemos me permite el tuteo) es de origen ruso, probablemente por el porte serio que se aprecia en la imagen de la izquierda, o porque para los que tenemos cierta edad todos los soviéticos eran "los rusos", pero no, si lo conocieseis en la intimidad rápidamente detectaríais su fino humor armenio de Leninakan, cosecha de 1938.
A pesar de su corta filmografía, tan solo diez cortos y mediometrajes según la IMDB, trece según me dice él, Artavadz goza de muy buena fama en el medio. Su compatriota Sergei Parajanov dijo de él que era "uno de los pocos auténticos genios en el mundo del cine", y parece que Godard lo calificó como "el cineasta más importante del mundo". ¡Toma ya, nada menos! A él no le gusta hablar de sí mismo, pero yo sé que está de acuerdo.
Efectivamente, es uno de esos tipos raros que se expresan con la imagen, no en vano fue compañero de estudios de Tarkovski y Konchalovski, así que su cine ha recibido todo tipo de calificativos raros: cine-ensayo, cine-arte, creador del "distange montage", que sabe dios qué será...
Os traemos dos muestras de su cine, dos cortos muy distintos entre sí.
El primero es Inhabitants (Obitateli, 1970), que es como un documental de la 2, pero en bueno. Viéndolo probablemente se os venga a la cabeza algún que otro documental moderno de mucha fama, con pajaritos u osos nadadores y mucha imagen aérea. Nada que ver, claro. Una auténtica película de acción con un montaje y un ritmo que hacen enrojecer a Tarantino y sus cuñados. Lamentablemente no hemos encontrado un enlace de mayor calidad.
El segundo es Life (Kyanq, 1993), y es todo lo contrario, la sencillez hecha imagen, o como se puede contar algo sin mostrarlo, o mostrándolo parcialmente. Si bien el corto es muy emocionante, no sé si es muy apto para gestantes, quizás sí. La verdad es que yo lo hubiese terminado en el minuto 5 y 34 segundos, cuando de pronto se produce una trasmutación y la tierna criatura se convierte en un bicho de ojos negros, al que de repente se le riza el pelo, ¡¡¡Arrgghhh!!! Pero hasta ahí me parece fantástico.Hay quien califica este corto como el mejor de todos los tiempos. ¡Toma ya, nada menos!
Espero que os gusten, y si no decídmelo y se lo comunico a Sergei y a Jean-Luc cuando los vea.