Inmersión limeña

Publicado el 11 febrero 2015 por 4mp4ro

Inmersión limeña

Me engulló la realidad mágica, irremediablemente.
Entre dimes, diretes, prohibiciones y complicidades, colarse por las rendijitas, negarse el saludo, sumergirse en aguas procelosas, salirse airosos de los problemas, se pasa la vida con gran ruido sin ser escandalosa.
Todo tiene un color rojo en medio de una canícula inclemente, nada habitual y descrita como ola de calor.
Llegué a la casa de mi hermana, mágica y divina ella, una tarde ecuatorial anochecida.
Artista de la imagen, trabaja con las joyas,por ejemplo, con un mimo y paciencia dignas de un tiempo sin relojes.
Rodeada de personajes en su casa, vive apasionadamente una vida con sobresaltos.
Mi sobrino parece un personaje de la Lima de Vargas Llosa y Bryce Echenique. Aquella inmadurez de juventud rica en todos los sentidos, dedicado a los amores complicados plenos de un encanto irreverente que no le dejan tiempo ni para estudiar.
Mi cuñado, rodeado de sus músculos entrenados para dar aire de atleta eterno. Un hablador a ratos, verborrea sin capacidad de síntesis, luchador laborioso para una Empresa familiar que está en medio de la selva amazónica y que devora voluntades y recursos.
Mi madre vive a meses esa realidad exuberante con la parsimonia que aprendió a tener y también la que los años le dan.
Empleados que envejecen con la familia, trabajando a sus ritmos.
La ciudad es vital, creciendo a la medida de su economía expansiva.
Las gentes comercian, trabajan y viven en cada rincón de la ciudad, con la afanosidad de abejas de colmenas.
Todo es desmedido, en medio de esta población de millones, hasta los aludes de agua con piedras y fango llamados Huaycos.
La gastronomía es personalísima con sabores rotundos y picantes, apodada criolla para diferenciarla de otras que son híbridos con comidas chinas por ejemplo.
En fin, esta realidad da para seguir escribiendo sin final.