Jugaba al tenis cuando sentí la inspiración. Caí fulminado. Carreras, agua, teléfonos... Ella se abrió paso y se quedó de pie junto a mi cabeza. Mis ojos treparon por sus piernas hasta una selva oscura y misteriosa. Recé por que fueran aquellos cipreses los que me dieran sombra para siempre.