No acabo de entender como funciona esta cosa.
De pronto hay épocas en las que simplemente escribir o fotografiar son tareas completamente hercúleas, que requieren un enorme esfuerzo.
Y otras en las que sin pensarlo, mi cabeza es incapaz de pensar en otra cosa que historias, imágenes y lugares que quiero capturar con el objetivo.
A contratiempo, como tantas otras cosas otras tantas veces.
Llevo una hora larga delante de la pantalla, con líneas de código que se que debo escribir, pero que no nacen.
Ojo, no me quejo, me gusta mi trabajo, disfruto desarrollando software. Es solo que no me sale.
En cambio no puedo dejar de pensar en patear calles, cruzar ríos y fotografiar caras.
Me vienen a la mente personajes curiosos que podría incluir por casi cualquier callejuela por la que paso, y que apunto en la libreta para, tal vez , luego después del trabajo, darles algo más de cuerpo y vida en alguna historia.
Mañana, luego, el fin de semana, el próximo mes… he de hacer de estas palabras mis enemigas mortales.
Ahora!!