Inspiración (6): Mi último columpio
Publicado el 05 agosto 2011 por Elcocteldeloscuentos
Es justo que sexo y muerte vayan de la mano, pues en el fondo trabajan sobre idéntico motivo: la aniquilación de la voluntad. Sarcasmos al margen, sería terrible descubrir que esa polilla de luz que nos atormenta cada noche, bajo la piel mojada, es solo otra cara amable de la divinidad, un epifenómeno de nuestra diáfana conciencia de maristas y salesianos. Pero el consuelo nos asiste: a escasas manzanas de la nada, habita el deseo.
Con un lenguaje claro, conciso, sin tapujos ni verdades (ni palabras) a medias. Sin complejos. A veces mi mente suplica un poco de este tipo de narraciones donde hasta las cosas más íntimas se cuentan con naturalidad, sin buscar el morbo sin perder el norte ni la clase por decir palabras "políticamente incorrectas" o describir actos como las primeras veces. Porque a veces es necesaria la naturalidad y no el deseo de impresionar, para llegar a las personas. Porque a veces, ser
real como la vida misma vale más que cien mundos mágicos y distópicos.
Esta ilustración de Fernando Vicente que pone un poco de color a mi entrada de hoy, acompaña a un fragmento literario de Ricardo Menéndez Salmón y que vosotros podéis
leer aquí.