De ponerle más o menos voluntad, de elegir sacar el pie del acelerador para disfrutar más el trayecto hacia aquello que creemos estar seguros. Que doy un pasito más y me meto en lo que tanto desee.
Tengo hijos o formo una pareja. Pareja o dispar.
Parezco haber quedado atraído por la carga emocional que traía esa piba que pasó. Y siempre vuelve a ser cuestión de intensidades.
Conectar o no con la misma vibración de ondas, sonoras frecuentemente, de los seres que nos habitan y frecuentamos, de lo que nos rodea, de lo que está pasando en el momento mismo.
La historia, el motivo de convocatoria es un hilo que conduce quien tenga algo distinto para decir, que salga de la convención y nos invite a dar un paseo mental por la imaginación misma de las abstracciones dialécticas o del más allá o más acá, diluido en agua para que parezca más acuarela, menos espeso.
Se gastará lo que quiera ir corroyéndose con el tiempo y la desidia de mantener las cosas con un orden que sólo en el momento aplicado sirvió de conexión necesaria como solución de algo, el resto se va viendo con lo que se cuenta en el instante en que pasa.
Intenso. Entre tenso, intempestivo, intensivo, de verano, y que más da, qué más da, qué más da. No Bala, pero sí Balín, en confusión con el apellido, me decían seguido de niño, y elijo estar cómodo a prolijo. El resto, vemos, cómo quiere salir hoy.
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Intensidades
Publicado el 21 octubre 2010 por MaxigalinTambién podría interesarte :