“De la tranquila belleza
me inquieta el esplendor frío…
¿Te reirás de mis ensueños?
¿No me comprendes quizá?
Indiferencia en los ojos,
risa glacial en las frases,
de mi alma el loco delirio
se hace extraño para ti…
Pero fulgura en extremo
con acentos tormentosos
que encierran mi vida toda.
Se impregna el deseo violento
de acertar el enigma de la vida
y de hallar la ruta de la dicha unánime…
Esclavo tuyo, te he erigido un trono
en las locuras de mi corazón
y espero… “