Valença
do Minho adquirió gran importancia
durante la Edad Media, gracias a su posición privilegiada sobre la linea de
frontera, y también por ser punto de paso del Camino de Santiago, donde una
barca que partía del muelle de Valença, cruzaba el Rio Miño.
La
población está coronada por la fortaleza de doble muralla, construida en los
siglos XVII y XVIII, con el estilo abaluartado patentado por Vauban, sobre parte
de una fortaleza anterior de la que restan vestigios de murallas.
El
pueblo se articula en calles estrechas empedradas, donde
tiene lugar un famoso y concurrido comercio de productos artesanales en diversas típicas tiendas de comercio tradicional, desde objetos para la casa como las reconocidas toallas y también trabajos de artesanía en oro, lino, cerámica y mimbre.
Valençado Minho cuenta con abundante patrimonio arquitectónico religioso, como la
Iglesias de la Misericordia del siglo XVI, la Colegiata de Santo Estêvão del
siglo XIII, la Matriz de Santa María dos Anjos del siglo XIII o las Capillas do
Bom Jesus del siglo XVII, la de São Sebastião, la de Nossa Senhora da Saúde y
en la de Nosso Senhor dos Esquecidos.