Hoy es el día de Reyes Magos, el día en el que reina la ilusión, el ánimo y la esperanza de que algo bueno nos llegue, y no el temido carbón, ese que le traen a quién no ha sido bueno.
Me alegra saber que este año no me traerán mucho carbón, porque la mayor parte lo van a dejar en el pasillo de dirección del Hospital de La Línea. Es allí donde no han tenido un año demasiado brillante.
Especialmente decepcionantes han sido los últimos meses para la Dirección del Hospital y resaltando a la Dirección de Enfermería que permanece casi completamente ausente.
Todos tenemos la sensación de que el hospital va a la deriva, sin capitán ni timonel. Esto se ve claramente en la desidia que existe en las diferentes unidades y departamentos, donde los profesionales vagan como autómatas, sin ilusión, sin proyección de futuro y sin ningún tipo de incentivo que les haga creer que las cosas pueden mejorar, lo que hace pensar en un naufragio seguro.
Ante la crisis, los recortes y la ausencia de recursos materiales que faciliten el trabajo, se denota una gran falta de talento, una profunda carencia de habilidades de liderazgo, gestión y motivación, en gran medida en la Dirección de Enfermería, pero también en el resto de departamentos. Se echa en falta una dosis de responsabilidad, de no escurrir el bulto y mirar hacia otro lado, ante la presencia de problemas. Falta imaginación, faltan soluciones, falta ilusión.
Sin ir más lejos hace unos días hubo un apagón, por un problema eléctrico en una unidad, ocupada al 90%, con lo que ante la incapacidad de la persona de mantenimiento de solventar el problema, se tuvieron que trasladar a los pacientes a otras unidades, que afortunadamente estaban prácticamente vacías por la disminución de las intervenciones quirúrgicas que se realiza en épocas vacacionales.
Todo esto fue algo traumático, aunque por suerte, hacía tan sólo una semana que se había realizado un simulacro de evacuación de emergencia de una unidad y casi todos sabían su cometido, o al menos así debería haber sido, lo contrario sería una irresponsabilidad. No es ninguna broma, mover 30 pacientes de una planta a otra.
Entonces la medida que se decidió desde la Dirección correspondiente fue trasladar también al personal de la unidad afectada a las unidades donde se habían trasladado a los pacientes.
Además, el equipo de mantenimiento al día siguiente se ocupó de solventar el problema eléctrico con la mayor brevedad posible, realizándose la vuelta de los pacientes a sus respectivas habitaciones de referencia en menos de 24 horas.
Tras esto, os preguntaréis ¿dónde está el problema? ¿qué se ha hecho mal?.
Pues bien, bajo mi punto de vista hay varios errores, y casi todos vienen sobrevenidos por la actitud general que existe dentro del hospital de desidia, desorganización, falta de previsión y falta de compromiso con la propia organización.
En primer lugar la falta de un mantenimiento adecuado de las unidades, sumidas en el abandono durante demasiado tiempo, hace que las instalaciones estén en pésimo estado y se den estos problemas generales, de difícil solución rápida.
Luego la ausencia de un equipo de mantenimiento adecuado que pueda afrontar una avería de dichas características, con todo lo que ello conlleva.
No voy a entrar a valorar la gestión del momento de crisis, que estoy seguro que todo el mundo se volcó al 120% para solucionar el traslado, y que el cargo intermedio responsable en ese momento hizo todo lo que estaba a su alcance para solventarlo. Aunque igual, si el nivel de compromiso con la organización hubiera sido mayor, tendría que haber estado presente algún directivo como responsable, en lugar de postponerlo para el día siguiente ¿no creéis?.
Por otro lado, me llamó mucho la atención, la celeridad con la que los pacientes vuelven a su unidad de referencia, en menos de 24 horas. Lo único malo es que al volver, la mayoría de los pacientes continúan con el mismo problema eléctrico que sufrían antes de irse. Continúan sin tener electricidad en la cabecera de la cama, con lo que es imposible enchufar camas eléctricas, y cualquier otro dispositivo eléctrico que tenga el paciente (bombas de perfusión, colchones antiescaras, luz de cabecera etc.).
También quiero resaltar que tras varios días, las camas siguen ocupadas, con el mismo problema, y sin que nadie haya tomado ninguna decisión al respecto. No pensáis que al menos se hubiera necesitado una toma de decisiones conjuntas entre los diferentes responsables y trazar un plan de actuación al respecto, en lugar de tomar decisiones aceleradas y sin meditar.
Es triste achacar esta falta de decisión a la ausencia de responsables que durante estas fechas festivas no están en el hospital, o bien los que hay no asumen un rol activo y toman las riendas.
Es triste que las consecuencias las tengan que pagar unos pacientes, los cuales se creen torpes excusas, para soportar molestias que no deberían, por no molestarse los responsables en tomar la decisiones oportunas.
Responsables que como se habló ayer en los comentarios de la casa de Dios, quizá estén demasiado ocupados en enmascarar indicadores, establecer objetivos y manipular ponderaciones, como para bajar de ese universo de los números al de los problemas diarios de una organización que naufragia en su propia desidia y desilusión.
Sigo pensando que los incentivos personales y la ilusión sigue estando antes que los incentivos económicos ¡Que iluso de mí!
Y todo esto sigue pasando hoy...día de ilusión, día de esperanza, día de los Reyes Magos, sin la menor repercusión mediática y sin que nadie haga nada al respecto.
Por todo esto el Carbón de Reyes ya sabéis donde lo han dejado ¿no?.
Aunque también me han dejado un poco a mi, porque no han sido capaces de traerme lo que les pedí.
Unos directivos líderes, responsables, profesionalizados, innovadores, involucrados, motivadores y competentes, que sean capaces de devolvernos la confianza.Para terminar os dejo con una habitual de este sitio. Para ella siempre hay carbón por ser "Mala", "Mala Rodriguez" -Tengo un Trato-
@carlosnunezo