Ilustración: Jorge de Juan Martinez
Gurney reflexionó, por enésima vez en su vida, sobre como la emoción creaba su propia lógica, cómo la rabia era invariablemente la madre de la certeza. Con toda probabilidad, se trataba de una de las mayores ironías de la naturaleza humana: cuanto más nos desorientan nuestras pasiones, más seguros estamos de ver las cosas con claridad
Fragmento de: Deja en paz al diablo de John Verdon