El comunismo en el siglo XXI está caminando por el alambre y a duras penas sobrevive en Cuba o Korea del Norte y alguna república que formó parte de la Unión Soviética mientras otros tradicionales como Rusia, China o Vietnam optaron, dentro de su oscurantismo, por métodos más blandos. También hay una corriente populista representada por Venezuela y su influencia en Ecuador y Bolivia.
Chamberlain se presentó como el pacificador en Europa habiendo negociado con Hitler la cesión de tierras a cambio de paz; Checoslovaquia a cambio de no más muerte. Churchill avisó del error y para los nazis tomar Checoslovaquia, Austria, Polonia y el este europeo no fue más que una cuestión de tiempo. El mundo tuvo que entrar en guerra para detener la depuración racial que Hitler quería llevar a cabo con los judíos como principal objetivo.
La colaboración nazismo e islamismo empezó cuando el movimiento nacional palestino, con el Gran Mufti de Jerusalem al frente, se entrevistó con Hitler a pricipios de los 40. Este Gran Mufti, que no era un ario de la raza, fue trasladado por Hitler para que se hiciera cargo de los musulmanes bosnios y creara las SS musulmanas con bosnios y musulmanes reclutados por todo el mundo; compartían los mismo objetivo: el exterminio de los judíos.
La propaganda nazi e islamista es prácticamente la misma aunque ésta última llega aún más lejos. Mientras el nazismo proponía la purificación de la raza el islamismo, igual o más racista y que se extiende por 55 países de todo el mundo, otorga, además, a los judíos el control de otras naciones con Estados Unidos a la cabeza y por extensión a todos sus aliados políticos; para el islamismo todo occidente es su enemigo más aún cuando sus acciones terroristas están avaladas según sus jeques, predicadores y ejecutores por un mandato de Allah y éstas son perpetradas al grito de Allahu Akbar y comienzan siempre siendo reivindicadas sus acciones con el verso divino Bismillah ir Rahman ir Rahim.
Nazismo e islamismo son la cara de la misma moneda: el odio. Las amenazas que a occidente llegan contínuamente desde los grupos islamistas, sunníes o chiíes, repartidos por todo el mundo representan un peligro mayor de lo que en su día fue Hitler; como dije anteriormente Hitler acabó y con él su régimen. Las algaradas islamistas se llevan sucediendo desde hace décadas y no pararán hasta que vean a occidente y a las sociedades democráticas sometidas al Islam. Ese trabajo que empieza en las escuelas y sigue en las mezquitas es un mensaje al mundo de la revolución islamista y no está limitado en tiempo o a un lugar específico. Como dijo Mahmoud Ahmadinejad "si Dios quiere, el Islam conquistará las cimas de todas las montañas del mundo".
En Europa lo que empezó como una ambición interna de Hitler acabó teniendo consecuencias en todo el mundo que, con las armas, neutralizó una idea por la dominación mundial. Si no tomamos en serio las amenazas islamistas de dominación mundial y si éstas no son combatidas y perseguidas por todas las sociedades, musulmana incluída, por la vía de la palabra y la democracia y persisten los actos terroristas islamistas dentro de occidente éste, tarde o temprano, deberá defenderse.