Hace tiempo queríaHacerle un poema a Istmina...Pero, por más que trataba,La musa no me llegaba,Todo debidoA que son tantas las cosasQue plasmar en poesía he querido,Que mi alma se ha quedado corta.Tendría que escribir un libroPara que no se me escape nada;Por eso he preferidoDecir mucho en pocas palabras:¡Qué pueblo tan bello!,Por sus costumbres, por sus paisajes,Por ese manantial de sentimientosQue de su gente brota a raudales.Quien lo visita por un momento,Definitivamente quiere quedarse,Al sentir esa calidez humanaQue a a todo quien llega le hace pensarQue se encuentra en su propia casa...Istmina, en verdad,Es un edén en el paraíso...Con Dios siempre vivo agradecidoPor haberme brindado el privilegio De un día llegar a este pueblo,Del que infinitamente agradecido estaré;Pues, además de haberme dado un par de hijos,Y muchas otras cosas queAl recordarlas siento saudades,Me permitió construir unas amistadesQue de mi mente, ni de mi corazón,¡Pachuchito que no salen!...Desde donde sea que me halle, yoNunca dejaré de llevar a IstminaEn lo más íntimo de mis entrañas...Este poema no termina,Lo llenaré de más versos mañana...