Pues bien, diez años después vuelvo a Italia para acabar de conocer este país tan cautivador. Un lugar que a mi siempre me recuerda mucho a España, en el ambiente, la gente y la forma de vida. Así que en apenas veinte días vuelo a Milán con la intención de empaparme de Italia tanto o más que la otra vez. Y desde Milán podré descubrir todo el norte del país: Turín, Génova, Bolonia, el lago di Como, Pavia y por supuesto repetir Venecia, una ciudad que merece una segunda oportunidad.
Seguramente este será mi último gran viaje del año. Una especie de autoregalo antes de comenzar una nueva vida que al principio se presenta repleta de incertidumbres. Tras los fríos de Suecia y Finlandia, y después de enamorarme de París, la cálida y deliciosa Italia me espera. Como siempre, a mi regreso, aquí os lo contaré.